Carolina Collins
Un día después de la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, la ministra del Deporte, Natalia Riffo, realizó un balance de la participación de los deportistas chilenos en la competencia global.
La ministra desdramatizó la actuación del Team Chile, que no logró sumar ninguna medalla olímpica en Brasil. "Primero, tener 42 deportistas en Río, donde 27 primera vez que asistían a unos juegos, 18 de regiones, es muy bueno para el país", destacó la autoridad de Gobierno en entrevista con TVN.
Riffo reveló que el Gobierno realizó proyecciones respecto al rendimiento de los representantes chilenos en los JJ.OO. que se cumplieron en un 50%.
No al "cortoplacismo"
"Lo importante no es hacer evaluaciones cortoplacistas, pero sí hacer una evaluación con respecto a las proyecciones. No las dijimos antes de los Juegos porque nos parecía que no correspondía, pero efectivamente las proyecciones en cuanto a resultados y a marcas se cumplieron en un 50%. Nuestra responsabilidad ahora es comenzar a planificar un nuevo ciclo olímpico", señaló.
La ministra también manifestó su visión respecto a cómo mejorar la preparación de los deportistas nacionales y apuntó a que se debe priorizar el trabajo en las regiones. A la vez, destacó la participación de quien fuera una de las grandes sorpresas en Río de Janeiro, el arquero ariqueño Ricardo Soto, quien con sólo 16 años quedó en el lugar 13 de la clasificatoria. "Tenemos que hacer un esfuerzo. El caso de Ricardo Soto es fruto de ese esfuerzo, es parte de nuestras escuelas deportivas integrales y con un entrenador traído de Alemania de primer nivel. Hay que aumentar ese trabajo en todas las regiones", dijo, a la vez que proyectó lo que se debe tener en mente de cara a la próxima edición de las Olimpíadas de Tokio 2020. "Hoy debemos ser capaces de proyectar Tokio 2020 con un número de delegación, ojalá, el doble", finalizó.
El relevo nipón
Tokio tomó desde ayer el relevo de Río de Janeiro como ciudad que acogerá los próximos Juegos Olímpicos dentro de cuatro años. En este período, al igual que ocurriera en Río de Janeiro, la metrópoli nipona deberá dejar atrás los numerosos problemas que la organización ha afrontado hasta ahora.
La organización tiene la misión de hacer olvidar el escándalo de los supuestos sobornos para la elección de la ciudad como sede olímpica y los controvertidos cambios de sus principales símbolos.
Polémica por estadio
En julio de 2015, la organización desechó el proyecto original del nuevo estadio olímpico, diseñado por la arquitecta anglo-iraquí Zaha Hadid, tras las críticas recibidas debido a su magnitud y costo excesivo, que duplicó el presupuesto inicialmente previsto.
Dos meses después, el comité anunció que también descartaba el logotipo que había elegido como símbolo para Tokio 2020, tras las acusaciones de plagio a su diseñador. Ambos casos generaron críticas y la dimisión de altos directivos del Comité Organizador y del Gobierno nipón, después de acusaciones sobre quién tenía la responsabilidad de los escándalos. Pero todo quedó zanjado con la elección de nuevos diseños que, por ahora, parecen contentar a la opinión pública: un estadio olímpico concebido por el arquitecto japonés Kengo Kuma y un logotipo más vinculado a la estética y tradición del país asiático.
