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Tras 15 años nuevo ministro en visita busca resolver el misterio "Floretti"

A propósito de las nuevas diligencias por la muerte de Jorge Matute Johns, desempolvamos el episodio más mediático de una persona desaparecida en Arica. Hugo Arispe Carvajal se esfumó sin dejar rastro.
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Afines de julio, el confuso caso de Jorge Matute Johns vivió una de sus etapas más polémicas, luego de que el tribunal dejara en libertad al guardia de la discotheque Cucaracha y a su pareja, ambos detenidos como principales sindicados por la ministra en visita al tener incongruencias en sus declaraciones con respecto a un nuevo fármaco encontrado en el cuerpo del fallecido.

El asunto tomó una nueva connotación nacional y los medios sacaron a colación otro de los casos que ya pasaron a ser parte de los emblemáticos en cuanto a desaparición de personas en nuestro país: Kurt Martinson.

Por lo mismo no es lejano desempolvar los archivos a nivel local y rememorar lo que ocurrió hace más de 15 años, específicamente en enero de 2001, fecha en que a Hugo Arispe Carvajal, alias "Floretti", pareció habérselo tragado la tierra.

Todo partió a principios de ese año, cuando el acomodador de autos de entonces 52 años fue detenido por Ebriedad y no pudo pagar una fianza de 680 pesos.

Por ser entonces un procedimiento del Código de Procedimiento Penal de la época, que establecía una justicia inquisitiva, el hombre debía permanecer 4 días recluido en la cárcel de Acha.

Y así fue -o debería haber sido-, ya que supuestamente Floretti debía abandonar el centro penitenciario con fecha 14 de enero de 2001, mismo jueves en que el paradero del hombre que acomodaba vehículos afuera del BCI y que vez que podía, se le veía en la entonces Fuente de Soda Los Lobos, se transformaba en misterio.

Se pierde una hoja

Si bien aún es incierto si Arispe salió o no de Acha, según el informe emitido por el tribunal, las declaraciones partieron por el gendarme de guardia ese día, de nombre Raúl Briceño, quien aseguró que el interno habría abandonado la cárcel con otros dos hombres, de nombres Ricardo Alvarez Tapia y Eduardo Martínez Flores, pero este último lo negó, agregando que había salido solo para luego abordar un furgón azul que lo acercó hasta el Terminal Asoagro.

De ahí nació otra arista que hace más confuso el caso, ya que tras mucho insistir, la familia de Floretti se topó con que la cédula de identidad del hombre aún permanecía en el penal, no así la hoja de cuaderno que registraba su salida del recinto, la cual habría sido eliminada por un asunto administrativo, para evitar la acumulación de papeles.

¿hubo riña?

Dos declaraciones claves de funcionarios de Gendarmería de ese entonces fueron las que salieron a la luz pública en el informe judicial emanado, donde Lorenzo Trabol Caniuqueo, funcionario de Gendarmería a cargo del Módulo D-3, donde estuvo "Floretti", menciona textual: "respecto a su estadía (Arispe Carvajal), debo indicar que no se registraron novedades, es decir, no se vio involucrado en alguna pelea, ni se le aplicó alguna medida disciplinaria, como tampoco recuerdo que haya tenido que ser derivado a la enfermería u otro lugar...".

Esta declaración fue refutada totalmente por el entonces alcaide del complejo, Alejandro Rojas Araya, quien en oficio enviado a la magistrada del Tercer Juzgado del Crimen, añadió que "el día 14 de enero, alrededor de las 4.45 horas, hubo una riña protagonizada entre los internos Ricardo Alvarez y Hugo Arispe, motivo por el cual fueron enviados a celda de aislamiento individual".

¿Entonces?

Proceso

Tras ser designado ministro en visita, (el segundo de la causa) Pablo Zavala Fernández asumió el caso. Si bien avisa que es secreto de la investigación, adelanta que la causa no está cerrada ni olvidada.

"Se trata de uno de los últimos casos sin fallo antes de la Reforma Procesal Penal, por lo que continuamos trabajando con antecedentes y recopilando declaraciones de testigos, familiares y varias personas más quienes se vieron involucradas en la desaparición de don Hugo Arispe", explica.

"Hemos hablado con la familia. Sabemos que para ellos es una impotencia enorme no poder encontrar a su ser querido. Es un calvario que uno lo nota al hablar con ellos. Por lo mismo cualquier dato significa una tesis en que se trabaja y se investiga. Con esto, y para algo de tranquilidad que tenga la familia, podemos decir que la causa no está cerrada ni olvidada", complementa.