El logro de Ricardo Soto
No es fortuito, no es una casualidad que el nombre de Ricardo Soto haya sido Trending Topic mundial ayer en la red social Twitter. Sin duda, su actuación en los Juegos Olímpicos de Río 2016 no sólo sorprendió al medio deportivo nacional que poco sabía de él, sino que también a quienes esperaban su participación en la prueba de Tiro con arco en la justa internacional.
Con sólo 16 años y luego de quedar 13 en la clasificación inicial del viernes, ayer el joven deportista ariqueño se ganó un lugar en los octavos de final de la competencia tras vencer consecutivamente al bielorruso Anton Prilepov y al brasileño Bernardo Olivera. Ricardo es el representante más joven de la delegación chilena en estos Juegos Olímpicos y probablemente uno de los que menos vitrina había acaparado. Ariqueño, lejos de los grandes centros de atención, se encargó de mostrar sus pergaminos donde sabe y como sabe: compitiendo.
Las mismas redes sociales se encargaron de mostrar el sentir de la comunidad cibernauta ante la irrupción de este joven valor chileno, con expresiones que fueron desde la alegría al asombro, pasando por los reconocimientos y felicitaciones.
El joven arquero nacional no es una promesa. Es una realidad en la que este Diario hace tiempo ya puso su atención. Una realidad que además, enfrenta este momento con humildad, con modestia, consciente del camino que debe recorrer y sabiendo que aún queda mucho por ganar.
Más allá del resultado que logre este viernes cuando participe en los octavos de final de la competencia olímpica, queda la historia que ha protagonizado para llegar hasta donde ha llegado, y el desafío que se viene por delante, uno que va a demandar nuevos impulsos.
La experiencia de Soto es una muestra de lo que se logra con la convicción, con el trabajo sistemático, con el apoyo de la familia y de todo el entorno que rodea a un adolescente aún en edad escolar. Es interesante conocer a fondo la experiencia de este deportista, en cuanto a todo aquello que lo llevó a las instancias donde hoy está. Una muestra de la fe que se puede tener en los jóvenes deportistas.