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Donde la fruta se vende barata y con piropos

Daniel Castillo lleva más de tres décadas trabajando en el centro. Desde las 8 de la mañana ofrece frescos productos, además del respeto y cariño a su fiel clientela.
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Naranjas jugositas, manzanas y peras que brillan al contacto con el sol, paltas cremosas y plátanos ideales para hacerlos con leche, son parte de la oferta que Daniel Castillo ofrece a su clientela en la intersección de las calles 18 de Septiembre y General Velásquez.

De oficio verdulero, heredó de su padre la pasión por la venta en su carrito que lo acompaña desde hace más de 30 años. "Partimos en Bolognesi con Thompson, antes de que se construyera el paseo peatonal", recordó.

Desde ese entonces, junto a su madre, María Isabel Richard, este santiaguino de nacimiento comienza su jornada a las 8 de la mañana y hasta las 4 de la tarde, ofreciendo junto a sus colaboradores- que en la actualidad suman cuatro- las frutas y verduras indispensables en la dieta de todo ser humano.

"Nos va bastante bien. Nos distinguimos porque tenemos productos buenos y baratos, la gente ya nos conoce y sabe que traemos fruta de calidad", aseveró.

El artista del piropo

Daniel ha tenido que recurrir al apoyo de otros trabajadores para sacar adelante su negocio, ya que la clientela ha crecido y hay ratos en que parecieran faltarle manos para pesar los kilos y kilos de fruta que le demandan. "Atendemos mayormente a mujeres, las tratamos con cariño y respeto, por eso vuelven siempre", confesó entre risas.

Uno de los que lo apoyan en su diaria labor es Romilio Palominos, amigo de años y un 'artista del piropo' como se autodefine.

"Acá tratamos a las mujeres con respeto. A veces les tiramos un piropo, pero se trata de algo con estilo, no de cualquier cosa". Asegura que el favorito de las damas es el clásico 'A San Pedro se le quedaron abiertas las puertas del cielo, por eso caen los angelitos', frases que sus clientas ya se toman con humor.

"Comprar acá es un agrado. Cuando me toca andar por el centro haciendo trámites paso por este carrito. Siempre hay una buena palabra o alguna 'talla' pero nunca algo ofensivo", comentó Ana María Ríos, una de las clientas frecuentes.

Romelio es oriundo de Rancagua aunque hace varios años que vive en el norte. De esta zona lo atraparon las mujeres. "Las morenas son hermosas y simpáticas, no las cambio por nada". Y tal como su 'compadre' Daniel, ya se consideran ariqueños de corazón y consumidores de guayabas. "Gracias a que comimos esa fruta llevamos muchos años acá y ya somos nortinos", dijeron.

Mientras se escucha a viva voz "¡Lleve todo barato, casera y con yapa!", la clientela se acerca al carrito que de un tiempo a esta parte, ha ido tomando más lugar en la popular esquina.

"Nos distinguimos de la feria o de otros carros porque tenemos fruta fresca y saneada, no vendemos fruta picada y eso la clientela lo agradece".

Sobre la posibilidad de instalarse en alguna feria, Daniel fue enfático. "No se me ocurriría irme de acá. Son años siendo parte del centro de Arica y este carrito la lleva".