Sin fanfarrias ni grandes ceremonias, el programa de Revitalización de Barrios e Infraestructura Patrimonial Emblemática se hace visible en la ciudad de Arica, luego de la instalación de 28 placas de bronce, dos placas fundacionales y seis placas informativas en edificios que tienen un valor histórico para la ciudad y la región.

La inversión en este programa en específico llegó a los 28 millones de pesos, en un nuevo esfuerzo por poner en valor inmuebles que tiene un carácter patrimonial. En Arica destacan el edificio Consistorial, el del Colegio Integrado, el Edificio de Gobernación Marítima y otros como el edificio que hoy acoge a este Diario.

En muchos de estos casos, puede que no se trate de inmuebles que sean considerados casi "piezas de museo". Sin embargo, bien vale considerar el momento en el que estos edificios deben ser relevados por su importancia histórica.

Muchos de ellos datan de los primeros años del siglo pasado, incluso hasta la primera mitad. Y hoy es el tiempo para que sean destacados y sean objeto de reconocimiento, no sólo por su arquitectura, sino que por el significado y el lugar que han ocupado en la historia, en la cultura y en la conformación de la sociedad y en la ciudad que hoy conocemos.

Cada uno de los edificios e inmuebles que se destacan en términos patrimoniales no son sólo el edificio físico, sino que también es parte de las familias que los ocuparon, de quienes allí vivieron, sus aportes y cómo fueron parte de Arica.

Algunos responden a momentos específicos y significativos de nuestra historia, acogieron a personajes importantes e interesantes, o jugaron anónimos papeles en el desarrollo de nuestra región.

Cada uno de esos pasajes de nuestra historia local se perdería, como ha ocurrido con otros edificios, casas e inmuebles patrimoniales a los que el tiempo se los ha llevado. Es un mérito el que aún hoy se esté pensando en la conservación de este patrimonio.

El próximo paso es hacer de esta iniciativa algo más conceptual, que forme parte no sólo de episodios de la ciudad, sino que de su personalidad completa. De esta manera, Arica ganaría un nuevo y particular sello.

En las últimas semanas se comenzó a discutir en el Senado un Proyecto de Ley que moderniza la legislación aduanera, previa aprobación en la Cámara de Diputados. El proyecto es extenso y está bien orientado pues facilita el comercio internacional y abre la posibilidad de agregar servicios a las mercancías en tránsito por Chile. Es una antigua aspiración de cuando se comenzó a pensar en Chile como plataforma de servicios al comercio internacional.

Así, el proyecto permitirá que en depósitos aduaneros autorizados se puedan realizar procesos menores para mejorar conservación, calidad, presentación comercial, ensamblados, embalaje, envasado, secado, planchado, etiquetado u otras que no cambien la partida arancelaria.

Y Zofri S.A. se opuso porque estima que le quita competitividad (es decir le puede quitar ganancias) a su recinto amurallado en Iquique. Hace unas semanas supimos de protestas en Iquique por esa razón.

A través del Senador Rossi, llegaron con sus reclamos a la comisión de Zonas Extremas del Senado y en la semana el mismo senador anunció un feliz acuerdo. El acuerdo central es que los procesos señalados sólo se podrán realizar en los depósitos aduaneros y, específicamente, estarán prohibidos en las Zonas Francas de Extensión.

El acuerdo supone una virtual derogación de la Zona Franca Industrial de Arica pues ésta permite procesos que agreguen valor (tales como los mencionados) a mercancías importadas en la región de Arica y Parinacota.

Nuevamente Zofri S.A. muestra su extraña y poderosa influencia para limitar el desarrollo de Arica. En los últimos años, logró detener cualquier proyecto de Zona Franca Industrial gracias a la complicidad de las autoridades del Gobierno anterior y de Aduanas y ahora parece que logrará una derogación tácita de la Ley Arica II.

Miope e ineficiente, la estatal Zofri S.A. busca conseguir nuevas prebendas para compensar su incompetencia comercial.