En Colo Colo se respira otro ambiente. Así al menos lo ha reconocido públicamente parte del plantel de Colo Colo desde la salida de José Luis Sierra y la posterior llegada del nuevo entrenador, el argentino Pablo Guede.
Y es que el anterior estratega de Palestino y San Lorenzo ya comenzó a marcar diferencias con respecto a su antecesor y los jugadores del equipo albo han notado la nueva "mano" del DT, como detalla el diario El Mercurio.
COMUNICACIóN
Uno de los primeros puntos es la comunicación, donde no pasó desapercibida la reunión que sostuvo Guede con los referentes del camarín y que fue bien recibida en Pedreros.
"Del tiempo de Ivo (Basay) que no conversábamos cara a cara con un técnico. Sirve para zanjar cualquier duda que él tenga sobre el grupo y mejora cualquier relación", expresó Esteban Paredes en Radio ADN.
Otra de las diferencias, y que evidencian los nuevos aires que se respiran en el Monumental, es el tipo de entrenamiento que realiza el trasandino.
Mientras en el periodo de Sierra algunos jugadores se quejaban -en privado- por el exceso de fútbol reducido en las prácticas, "ahora ha cambiado un poco el tema, sobre todo en los entrenamientos. Han sido intensos, pero más cortos", admitió Gonzalo Fierro.
Bajo las órdenes del argentino el trabajo es a cancha completa y con reiteración de movimientos, como el del viernes donde estuvo cerca de media hora con balones detenidos. La presión, además, se ensaya una y otra vez, y cada maniobra mal hecha se interrumpe.
EL CAPITáN
"Esta semana ha sido dura, pero nos hemos sentido bien. La disposición que ha tenido el grupo es importante de destacar, porque, la verdad, no lo veníamos haciendo hace tiempo, por distintas circunstancias. Sin embargo, cambiamos el chip y la mentalidad", agregó el capitán Fierro.
"Todos los técnicos no trabajan igual. Guede se conoce por su carácter e intensidad. Ha cambiado respecto de lo que veníamos haciendo antes. Él cuida al jugador", añadió Paredes.
El tercer punto es el esquema del equipo. Sierra siempre utilizó un 4-3-3, y si un equipo ganaba, no lo tocaba.
Ahora habrán zagas de tres o cuatro defensores, según la propuesta del rival y sin "intocables".