Secciones

La Tirana: Ariqueños cuentan sus historias de fe y tradición

Tres relatos que encierran tradición y devoción por "La Chinita" que cada año convoca a miles de seguidores que con fe llegan a los santuarios de La Tirana a rogar por sus mandas.
E-mail Compartir

Cada año decenas de familias ariqueñas concurren a la fiesta de La Tirana, ya sea por peticiones, mandas o simplemente un viaje familiar para ir a ver a "La Chinita", "Patrona de Chile" o "Reina del Tamarugal", como la denominan quienes son creyentes de la Virgen .

Historia

En el año 1900 del siglo pasado, la fiesta de La Tirana ya empezaba a perfilarse como una manifestación religiosa de carácter popular. Actualmente es uno de los acontecimiento religiosos que a más fieles reúne en el Norte Grande del país, son miles las personas que durante una semana, llegan en medio del desierto, en el pueblo de La Tirana, para venerar a la Virgen María, bajo el título de la Virgen del Carmen de La Tirana.

Los peregrinos y las cofradías de bailes religiosos llegan y presentan sus ofrendas a la Virgen a través de oraciones, ritos, cantos y bailes con atuendos altiplánicos y máscaras. A la vez, el pago de las mandas ofrecidas por numerosos visitantes incluyen inmensos sacrificios y esfuerzos físicos que se llevan a cabo en símbolo de agradecimiento.

Una fE heredada

Elba Alcayaga Díaz es bisabuela de Gabriel Narváez, quien formó su familia junto a Natalia Cartagena Ochoa. La joven pareja abrió las puestas de su hogar para contar la historia de su fidelidad con la Virgen cada año.

Elba Alcayaga, la matriarca de la familia fue la primera en hablar, según dijo desde el año 1936 ella concurre a La Tirana. Sus padres fueron quienes la trajeron a la fiesta religiosa y desde entonces se declara una fiel devota de la Virgen.

"Mis padres me trajeron y luego yo seguí viniendo con mi familia, así ha sido desde años, antes, cuando estaba más joven, bailé por muchos años en el Baile Marino, ahora ya no existe", comentó Elba.

Igualmente, aseguró, todos los años llega hasta el pueblo a darle gracias a la Virgen, porque en más de una oportunidad le concedió milagros.

"Le pedí por mi esposo para que estuviera más tiempo conmigo y así lo hizo, él ya no esta conmigo pero sí la Virgen me cumplió las peticiones y yo le cumplí mis mandas " contó.

Natalia Cartagena Ochoa es pareja de Gabriel Narvaéz y contó que desde el 2006 viaja sagradamente a La Tirana junto a toda la familia de su esposo y pese a que ella no ha hecho manda, su esposo sí lo hizo, por la hija que tuvieron.

"Mi esposo hizo una manda cuando yo quedé embarazada, pidió que nuestra hija naciera sanita, ahora mi hija tiene 6 años y cada año le traemos flores desde Arica, la traemos desde los 6 meses" dijo Natalia.

La familia contó que incluso han comprado un pequeño terreno donde cada año llegan para agradecer.

Familia López Torres

Karina López Torres tiene 32 años y desde pequeña su madre, Elvira Torres, la llevó a la fiesta, es parte de su formación, lo que ella mismo hizo con sus hijos. Según comentó, el sentimiento que cada año la hace regresar es su devoción por la Virgen, esa que su propia madre le enseñó.

"Mi mamá llevaba 5 años intentando tener hijos, no podía y ella le pidió a la Virgen. Ahí nací yo, desde ahí ella bailó durante tres años por su manda", contó.

Asimismo, dijo que desde los primeros meses de vida su madre la llevó a saludar a "La Chinita", lo mismo que ella ha hecho con sus tres hijos, con los que actualmente se encuentra en el pueblo.

"Yo antiguamente bailaba en bailes, pero ya por un tema familiar y tiempo no puedo hacerlo, aunque volvería hacerlo si pudiera" dijo López.

Según contó, sus tres hijos han seguido la misma enseñanza de ella y espera que continúen con dicha devoción.

Elvira Torres, madre de Karina, comentó la historia que cambió su vida. Tal como su hija afirmó, ella no podía tener hijos y tras pedirle a la Virgen y ella conceder su milagro, cada año iría con su hija para agradecer lo hecho por la Reina del Tamarugal. Así lo hizo, meses después logró concebir y desde entonces jamás dejó de ir al pueblo de La Tirana.

Aunque reconoce que actualmente el comercio ha dejado un poco de lado el verdadero sentido de la fiesta religiosa, cree que para quienes llegan con una intensión de fe, aún tiene mucho sentido e importancia. "Seguiremos viniendo cada año, aunque cada vez se llene más el pueblo, pero nosotros lo hacemos con un sentido religioso, con un sentido de fe, donde agradecemos", comentó la madre.

Ambas familias coinciden que el asistir a las fiestas es una forma de agradecer la salud, la vida y los milagros concedidos por la Reina del Tamarugal, pese a que la festividad se da en fechas de vacaciones de invierno, ellos creen que así como ellos son muchas familias ariqueñas que concurren a la pampa con el fin de reafirmar sus creencias. Están convencidos de que esa es la fe que quieren que sus hijos sigan.