La tarea que dejó la Presidenta
Fue una larga y fructífera jornada la que cumplió el viernes la Presidenta Michelle Bachelet en Arica. Una en la que quedó rondando su llamado a acelerar la ejecución de proyectos en la región, como lo dijera en la entrevista realizada en el marco de la cadena radia de Archi
La Mandataria reconoció así que es necesario seguir adelante con las metas que se han planteado, especialmente en el marco del Plan Especial de Zonas Extremas (Pedze), considerado como una de las oportunidades de crecimiento y desarrollo más importantes para la región en las últimas décadas, y sin duda, la más relevante desde que esta zona es región.
Bachelet manifestó que dará la cara respecto al cumplimiento de los planes involucrados en el desarrollo de la región, los que fueron comprometidos por ella misma.
Y es en ese contexto en el que las actividades realizadas el viernes son importantes. Primero, la entrega de más de 200 viviendas para familias ariqueñas y luego, la recuperación del Paseo Costero Cuevas de Anzota, probablemente la primera y más notoria de las obras públicas enmarcadas en el Plan de Zonas Extremas.
Se ha comentado la importancia que tiene el Pedze para convertirse en un punto de inflexión para la región. La herramienta por la cual Arica y Parinacota, como región, puede evidenciar un despegue histórico. También hemos dicho que el Pedze debe hacer la diferencia respecto a las demás vías de financiamiento y, por cierto, a las iniciativas que se plantean.
En otras palabras, el Pedze debe llevar a la región al lugar con el que sueña, no al que necesita. Para las necesidades está le gestión regular, aquella que las autoridades deben considerar, a nivel regional y comunal.
Y es por eso que se entienden las palabras de la Presidenta al esperar que los recursos destinados a cambiar el rostro de la región se ejecuten de manera efectiva, y que los planes que son ejes del desarrollo regional se puedan cumplir según lo comprometido.
Es la tarea que ha dejado Bachelet en su reciente visita a Arica.
Es la corrupción, estúpido
Parafraseando a James Carville, parece que el fondo de la discusión sobre reformas estructurales para Chile, descansa en la desconfianza en las opciones presentadas en cada discusión. Un buen ejemplo lo encontramos esta semana cuando dos destacados economistas critican las alternativas opuestas. Manuel Riesco (El Mostrador, 12/07), entre otros, califica de canalla al sistema de AFP porque lo que recauda es mucho mayor que lo que aporta. De hecho calcula que los pagos previsionales de todos nosotros, alcanzarían para duplicar las pensiones pagadas y sobraría mucho dinero, se pronuncia a favor de un sistema solidario de reparto. Andrés Velasco (El Mercurio, 12/07), señala que el caso de las pensiones en Gendarmería es sólo un ejemplo de lo que ocurre con los sistemas de reparto. Calcula que pagar a todos los chilenos el promedio de pensiones de las FFAA, requeriría tres reformas tributarias como la del 2014 o bien seis veces el costo de la gratuidad total universitaria.
El problema es que ambos comparan un modelo teórico con una versión corrupta del contradictor. Entre otras cosas, Riesco no considera los riesgos de administrar políticamente un sistema de pensiones y aunque en varios países funciona bien, en otros es un desastre y la historia chilena es prolífica en situaciones como la de Gendarmería.
Velasco parece ignorar que las AFP y Compañías de Seguros, le cuestan a los ahorrantes obligados más del 20% de la recaudación, que su rentabilidad es decreciente en el tiempo y diversas reformas, hechas en gobiernos democráticos, como la eliminación de la rentabilidad mínima, han empeorado el sistema.
Comparar un sistema en pizarrón con otro en la práctica es un error metodológico. El problema es que el origen del fracaso de ambos sistemas en Chile, es el mismo, la corrupción.
Malas noticias entonces, en Chile ningún sistema funciona como debiera y parece que los ciudadanos debieran pensar el problema de manera distinta.