Gratuidad
Entre las variadas promesas electorales que solemos escuchar y leer de los/as candidatos/as a, valga recordar ésta: "Nuestro horizonte es la gratuidad universal (en seis años), pero seamos realistas: 'Un cambio de esta magnitud no se hace de un día para otro'. Durante mi período (cuatro años) cubriremos al menos a los estudiantes pertenecientes al 70% más pobre", anuncio hecho en junio de 2013 por la señora doña Michelle -que no nació ayer en política-, entonces precandidata presidencial MAS-PS-PPD-PC, e hizo el tonto llamado a los estudiantes -liderados por Camila Vallejo (PC), Karol Cariola (PC), Camilo Ballesteros (PC), Gabriel Boric (IA), Giorgio Jackson (RD) y otros- a que confiaran en esta propuesta a largo plazo (seis años). A la sazón se estimaba un costo de US$ 5 mil millones, y de triunfar -ella y su Nueva Mayoría-, estaba supeditado a una profunda Reforma Tributaria, sostenedora -"el corazón", se dijo- de esta gratuidad universal en educación, en los términos planteados.
¡Ofertón electoral!, exclamó el presidente de la FECH Andrés Fielbaum.
Ecos: "No encuentro justo que el Estado pague la universidad de mi hija si puedo pagarla yo", opinión "personal" de, a comienzos de abril de 2013, y "Un cambio de esta magnitud no se hace de un día para otro". A Piñera se lo exigían ¡Ahora ya! y "sin transar". Hoy como que los "otrora" líderes estudiantiles lo tienen clarito, y "respaldan" el avance que se está dando en educación, cuya crisis también era/es de los anteriores gobiernos de la Concertación, como lo reconocieron en aquellos revoltosos días.
Chile y Platón
La actualidad chilena me recuerda la alegoría de la caverna de Platón para diferenciar el mundo sensible de la realidad profunda y concreta, donde los hombres se encuentran encadenados e imposibilitados de mirar hacia atrás, hacia la luz, separada por un muro donde otros hombres hacen pasar en alto las verdades para que reflejen en el fondo de la caverna las sombras de ellas. Asemejo a los ciudadanos comunes con los encadenados y a los pasadores de verdades oscurecidas, a la clase política y los poderes fácticos. De vez en cuando algunos encadenados se escapan o pueden darse vuelta para ver la luz y la verdad logrando comunicárselas a los demás, como los hechos de corrupción, cohecho, pensiones, jubilaciones, robos, reformas no planificadas, demagogia, negociados, nepotismo y suma y sigue. Los pasadores de verdades refugiados en una democracia enloquecida presentan sombras de candidatos que prometen liberar a los ciudadanos, que continuarán viendo mentiras. Platón debió ser chileno.
Jorge Saavedra Moena
Marcos Concha Valencia