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Sobre falsos exonerados

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En el caso de los falsos exonerados…

Al no poder demostrarse que las autoridades políticas hubieran expedido certificados mendaces fueron sobreseídas de toda culpa, lo que trajo como consecuencia que los exonerados cuestionados tuvieran igual suerte… palabras del presidente del CDE Juan Ignacio Piña…

Pregunta al Señor Juan Ignacio Piña…

¿Acaso no ameritaría investigar más, investigar más y seguir investigando más cuando existirían pruebas que dichos parlamentarios habrían otorgado dichos certificados sin haber conocido, menos entrevistado ó al menos mirando una fotografía de los potenciales exonerados, como que queda la sensación que los fondos fiscales, frutos del trabajo de todos los chilenos, no fueron debidamente cautelados, a su vez los chilenos con todo lo que hemos visto y conocido tras el acucioso trabajo de fiscales en otras investigaciones que hoy se ventilan, nos quedamos Señor Piña con la sensación que no se hizo lo suficiente, por conocer la verdad de estos hechos que causan mucha molestia y sobretodo hoy cuando esperamos que de una vez, si todas nuestras instituciones funcionen en la forma y en el fondo a todo evento, para que entre el dicho y el hecho no haya ningún trecho?

Luis Enrique Soler Milla

"La mano de Dios"

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Muchos medios de comunicación, están comparando la mano de Maradona con la mano Bravo. El sapito Sergio Livingstone habría dicho: "error morrocotudo", y habría tenido mucha razón. Las dos acciones son totalmente incomparables.

Mientras la mano de Claudio Bravo fue producto de una gran acción netamente deportiva, la de Diego Maradona, fue una acción viciada, y con la cual se demostró la falta de ética profesional de "nuestros hermanos argentinos", y que son capaces de recurrir a cualquier artimaña o trampa para lograr lo que desean.

Ese campeonato mundial (México 86), sí que fue realmente una vergüenza deportiva y moralmente no deberían mencionarlo como una gran hazaña.

Además, para los creyentes, es una irreverencia hacer creer que Dios, es hincha de un equipo, por mucho que el Papa lo sea.

Jorge Valenzuela Araya