Estudio comprueba el viejo refrán: La felicidad no puede comprarse
Investigación de la U. de California concluyó que las personas que prefieren el tiempo al dinero, son más felices. "En la medida en que tenemos más plata, también aumentan las preocupaciones", dice la psicóloga Dominique Karahanian.
"¿Tener más tiempo o más dinero? ¿Qué prefiere". Ése es el dilema que buscó dilucidar un reciente estudio de la Universidad de California en Los Ángeles (Ucla), cuyos resultados validan el viejo refrán: que la felicidad no puede comprarse.
Para el estudio se consultó a 1.226 personas, de las cuales el 60,9% eligió tener más dinero y el 39,1% optó por contar con más tiempo. Estos últimos, sin embargo, declararon sentirse más felices que los que habían tomado la primera alternativa.
Entre las razones dadas por este último grupo para preferir el tiempo por sobre los ingresos estuvo que, tras largas jornadas laborales, a las que se suman otras más transportándose del trabajo a la casa, quedaba muy poco rato para estar con los hijos.
Otro de los motivos dado por este grupo fue que siempre había cosas pendientes que hacer en la casa.
De acuerdo a la investigación, difundida por el periódico británico Dailymail, una forma de que las personas sean más felices es si se preocupan más en cómo ocupar su tiempo y dinero, y menos en acumular.
"Somos parte de un sistema que está enfocado en generar muchos recursos, porque se supone que teniendo cosas vamos a ser más felices. Eso se ha estudiado y no es así: en la medida que tenemos más plata también aumentan las preocupaciones", afirma Dominique Karahanian, psicóloga y académica de la Universidad Mayor.
La especialista comenta que, dado este escenario, "hay que enfocarse en tener actividades que reporten niveles de satisfacción. Tener espacios de tiempo libre, actividad física y seguir estableciendo vínculos con las personas. Tener vida social. No necesariamente vas a tener que contar con dinero".
La psicóloga también plantea que, aunque se tenga dinero, no siempre alguien se sentirá satisfecho con su existencia. "Creo que las personas cada día tienen menos tiempo y quizás más plata. Pero ¿en qué minuto te la gastas? Entonces entras en un círculo de insatisfacción", dice.
También, se refirió a la sensación que experimentan los consumidores al gastar su dinero. "El placer que te produce comprar un par de zapatos o una cartera es inmediato, es como comerte un chocolate. La insatisfacción después también es mayor", enfatiza la especialista.