Qué dice de nosotros nuestro "rostro"
Las calles de Arica, sus alrededores, aquellos lugares que de una u otra manera frecuentamos, son un espejo. Refleja cómo somos, como ciudadanos, como vecinos, como habitantes de esta tierra que declaramos querer profundamente. Es por eso que de vez en cuando es bueno preguntarnos qué vemos en ese "espejo", cuando recorremos nuestra ciudad.
Lamentablemente, el panorama es poco alentador en muchos casos y el espejo termina por reflejar lo peor de nuestro rostro. Basta advertir los ingresos a la ciudad o más aún, algunas quebradas, o el sector de El Alto. La basura y los escombros son parte del paisaje.
Lo mismo ocurre en algunos sectores del Morro, zona llamada a ser una de las cartas de presentación de Arica. Al final tienen que venir soldados con campañas y operativo de limpieza para tener presentable una zona emblemática de nuestra ciudad.
¿Cuál es el cambio que debería operar en nuestro accionar? Bien dicen que la ciudad más limpia no es la que más se asea sino que la que menos se ensucia. Sin duda el cambio debería comenzar a operar en cada uno de los habitantes de Arica, con el objetivo de reducir al máximo el arrojar desperdicios, porque poco saca en este caso el municipio en limpiar si al día siguiente algún inconsciente volverá a ensuciar.
Son destacables en ese sentido iniciativas como las de los mismos soldados, o estudiantes, o grupos de conservación, que han puesto especial atención en uno de los puntos más negros de la ciudad, como es el Río San José, cuyo lecho es un vertedero popular y de uso indiscriminado, atentando así contra el medio ambiente y el turismo local.
Los ariqueños, aquellos de nacimiento como los que lo son por adopción, no pueden dejar de educar a sus hijos sobre el cuidado de nuestro entorno. Porque si ya no somos capaces de cambiar las conductas de los adultos, al menos podríamos inculcar en nuestros jóvenes esta metamorfosis tan importante y que hará de nuestro entorno algo más bello y más agradable. Ad portas de un nuevo festejo por el 7 de junio, que Arica luzca un rostro más amigable para quienes nos visitan. Eso depende de cuán capaces seamos de mejorar nuestras conductas como ciudadanos.