Una de las posibilidades es que entre los candidatos a La Moneda el 2017 tengamos a dos ex Presidentes, que volverían para repetir la experiencia, Ricardo Lagos y Sebastián Piñera, sin embargo fuera de todo lo que significa asumir este desafío en cuanto a lo desgastante de vivir una nueva campaña electoral y sus agregados, sin lugar a dudas uno de los grandes fantasmas contra los cuales deberán luchar Lagos y Piñera si aceptan repostular al sillón de La Moneda, será el convencer a los chilenos, con sólidos argumentos, porque ya no les funcionará solamente el sacar de la chistera una nueva lluvia de promesas, que las segundas partes pueden llegar a ser mejores que las primeras, que los segundos gobiernos pueden superar en forma y fondo a sus primeras administraciones. La experiencia del segundo gobierno de la Presidenta Bachelet ha demostrado que no basta para volver a La Moneda con éxito los réditos del pasado o las buenas intenciones. La historia cambió, la política les mostró a los chilenos su cara menos agraciada, cabe decir que fue en muy buena hora, el tema no daba para más. Hoy todos sabemos en detalle cómo se hacía la política, cómo se abusó de sus privilegios, por lo que la tarea de Lagos y Piñera podría ser catalogada como una de las más complejas. Tras la "Primavera chilena", no solo les bastarán fotos, palomas, sentidas arengas o afinadas frases, productos de asesores de publicidad o del color de la corbata. Las circunstancias les obligarán a reinventarse, la rabia de haber sido burlados durante tanto tiempo por caras llenas de fáciles sonrisas, acompañadas por piñatas repletas de promesas rimbombantes, que nunca se materializaban y menos nadie las exigía, de la manera que se hace hoy, definitivamente hace que el escenario político que se encontrarían Lagos y Piñera es completamente diferente al que gozaron en su primera vez de presidenciables.
Los chilenos cambiamos con la turbulencia de las desafinadas acciones de la Familia Política & Asociados. Es de esperar que Lagos y Piñera también lo hayan hecho… en la forma y en fondo.
Luis Soler Milla.