El patriotismo los motivó a superar las limitaciones visuales
Dos ariqueños no videntes jamás pensaron que un desafío en conmemoración del 7 de junio marcaría un antes y un después en su vida.
Ha pasado un poco más de tres años desde que Patricio Hidalgo Carvajal y su amigo José Luis Romero Díaz, motivados por su fuerza de superación y un patriotismo único - de esos que solo un ariqueño reconoce- emprendieron la marcha que marcaría un antes y un después en su vida, como ariqueños y ciudadanos en situación de discapacidad.
Patricio y José Luis , ambos ariqueños, son no videntes y llegaron a su actual condición por temas médicos; además los dos comparten, no solo su condición de no videntes, sino que también la historia de una hazaña que marcó sus vidas.
Historia Hidalgo y Romero cuentan con gran orgullo y satisfacción que hace tres años tomaron la decisión de emprender la marcha en conmemoración del 7 de junio (dos días) pese a su condición de no videntes. Lo que para muchos fue una locura, para ellos fue la experiencia que marcó sus vidas y que recuerdan con orgullo.
"Un día mi amigo (José Luis) contó lo de la marcha del 7 de junio, que la realizaba el colegio North Amercan College, y dijo que la quería hacer; ahí nos motivamos y averiguamos si podíamos hacerla, queríamos ser los primeros no videntes y personas en situación de discapacidad en realizar esta hazaña, más aún con la dificultad que es no tener visión" comentó Patricio Hidalgo.
Es así como el 6 de junio del 2013 ambos tomaron sus mochilas y vestidos de soldados chilenos del 1880 emprendieron rumbo al punto de partida de la caminata que todos los años se realiza conmemorando el Asalto y Toma del Morro de Arica.
"Iniciamos muy entusiasmados y decididos en terminar, lo que significaba llegar al desfile con honores; íbamos acompañados de nuestro profesor de educación física, quien nos preparó unos meses antes para enfrentar el recorrido y quien caminó y marchó junto a nosotros todo el trayecto", contó emocionado José Luis. Sin embargo debido a las condiciones y algunos errores de elección en el calzado José Luis debió abandonar el circuito casi llegando a su fin. "Habíamos hecho un pacto los dos, que si uno no podía terminar el otro lo haria con mayor sentimiento y compromiso porque sería en nombre de ambos y así sucedió, mi amigo por su condición de diabético, ya con el cansancio no sintió los pies, donde se le hicieron llagas, en las plantas de sus pies, así que se lo llevaron de urgencias al hospital; yo seguí con mayor fuerza pese al cansancio; mi responsabilidad ya no era solo por mí sino por ambos", afirmo Patricio.
Ambos coinciden que la experiencia fue muy enriquecedora, pese a lo "sufrido" y difícil que se les hizo seguir el circuito. Contaron que su profesor guía les iba relatando todo lo que sucedía con la comunidad; mientras marchaban y cantaban ellos imaginaban lo descrito buscando entre sus recuerdos de años -cuando tenían visión-, sin duda un sinfín de emociones. "Cuando me tocó desfilar - ya al final- yo sentí un orgullo, lo hice con sentimiento en nombre de José Luis y mío; el instructor me relataba lo que pasaba mientras yo imaginaba y recordaba años anteriores cuando miraba los desfiles del 7 de junio, el saludo desde el podium y cuando nos tocó saludar alas autoridades; yo levanté mi bastón, lo que para mí significo un orgullo porque me demostraba a mí mismo que podía hacer lo que me propusiera" concluye el jóven padre, que recuerda con emoción la finalización de la hazaña donde su familia, esposa e hija lo esperaron.
Finalmente tanto Hidalgo como Romero coinciden que la experiencia les hizo despertar un sentimiento único por Arica y tomar conciencia del significado de hacer patria en el extremo norte del país.