Según el diccionario de la RAE, "testigo", en sus dos primeras acepciones -las más comunes y entendidas hasta por el más indocto de la numerosa familia de la señora Juanita-, es: "Persona que da testimonio de algo, o lo atestigua" y "Persona que presencia o adquiere directo y verdadero conocimiento de algo", respectivamente. Con "cabal" conocimiento de algo, en una investigación judicial el testimonio de una persona puede ser contundente y hasta demoledor. En contrario, si de los hechos se ha enterado por terceras personas, "incluida la prensa", cero aporte a dicha investigación. Ahora, si alguna persona involucrada en esa investigación hace o hiciere alusión de otra, que no es parte de, esta última, si se sintiere "afectada", lisa y llanamente se querella en contra de, o si procediere, se hace parte en la respectiva investigación, para aclarar los dichos y/o eventuales insinuaciones o acusaciones sobre ella. Qué histórico sería una acción judicial por injurias, calumnias y "demases" de una alta autoridad en contra de un conciudadano común y corriente -"el fulano ese"- y de otras personas, naturales o jurídicas, también responsables de. ¿Actuaría ante la ley en igualdad de condiciones? ¿Suspendería sus funciones para defenderse y limpiar su honra ante la ley? ¿Iría a Tribunales? ¿Pediría la máxima condena para la contraparte? Pero, ¿Qué pasaría si esta contraparte lograre comprobar que tiene razón en sus dichos y que no ha sido el único en?
Colofón: Reconózcase o no, lamentablemente en nuestro Chile no todos somos iguales ante la ley, y a doña "Justicia" como que a veces se le corre la venda y media tuerta mira, a través de los ojos de sus Administradores, para "discriminar". En algunos casos, por razones superiores de la Nación. Et Che!
A cuidar el San José
Se nos acerca a pasos agigantados la semana ariqueña y la verdad es que en muchos residentes en la ciudad hay un poco de hipocresía, ya que todos decimos que amamos la ciudad, pero !quién puede amar de esa manera¡ Si quisiéramos como decimos a esta ciudad no tendríamos el lecho del San José lleno de basura, la cual después va irremediablemente a parar al mar, con su ola de desechos que incluso dañan la flora y fauna marina. Seamos más consecuentes entonces.
Jorge Saavedra Moena
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