Secciones

Las truchas arcoíris son la apuesta gourmet que llegó de Copaquilla

Proyecto de la UNAP pretende ser una alternativa productiva para el desarrollo de Arica y Parinacota. Entre los platos destacó la trucha montada con camarones caramelizados en salsa de maracuyá con un delicioso quinotto.
E-mail Compartir

Una diversidad de platos y especialidades son las que caracterizan a la trucha arcoíris, que está siendo cultivada en la localidad de Copaquilla, y cuyos primeros ejemplares fueron puestos en las manos de los maestros gourmet de tres reconocidos restaurantes del Valle Azapa, uno de los cuales entregó su opinión sobre cómo cocinar esta variedad de pescado, que se transforma en un alternativa productiva más para Arica y Parinacota.

Ceviche, pescado frito, a la plancha, con salsas de mariscos y vegetales, fueron parte de los platos confeccionados con la trucha o Oncorhynchus mykiss (nombre científico) y que pondrían a la especie acuática a competir con los pescados tradicionales, aunque en este caso se trataría de un producto de la zona y que llegaría con toda su frescura para ser disfrutado por los paladares más exigentes.

La iniciativa es parte del proyecto "Cultivo de Truchas Arcoíris en sistemas de recirculación, como alternativa sustentable y de desarrollo productivo para la comunidad pre cordillerana de la región de Arica y Parinacota", el que se levantó con recursos del Gobierno Regional, a través del Fondo de Innovación a la Competitividad FIC por $180 millones y que es ejecutado por la Universidad Arturo Prat.

Renzo Pepe, biólogo marino y encargado del proyecto de la UNAP dijo que, "el proyecto tiene como beneficiarios a la comunidad indígena Pukara de Copaquilla, en la provincia de Parinacota, quienes se hicieron parte para levantar la iniciativa productiva que hoy está en su fase final con la etapa de engorda de la truchas, con pesos que van entre los 500 y 600 gramos".

El profesional y magister en acuicultura resaltó que, "se trata de un proyecto innovador que se transforma en una alternativa productiva, en este caso la acuicultura, ya que tener truchas cultivadas aquí ya se transforma en todo un hito regional".

Pepe explicó que antes de instalar el proyecto, en el 2014, se realizó un análisis del agua de la zona.

"En este los niveles de componente físico y químico del agua se encontraban dentro de los límites establecidos por la normativa nacional. Nosotros ocupamos agua de vertiente donde no existen ríos ni lagunas ni cuerpos de agua aledaños al cultivo, por lo que no existen riesgos de contaminación de las truchas en las aguas de la precordillera", aclaró el biólogo marino de la UNAP.

Las truchas son cultivadas en seis estanques de 40 metros cúbicos cada uno y cuyos motores para la generación de energía son a través de la instalación de una pequeña planta foto voltaica en el mismo predio, donde se trabaja con los cultivos, que permite ahorrar los costes de energía convencional.

Renzo Pepe resaltó el trabajo que se está desarrollando, "donde hicimos parte a la comunidad de Copaquilla, quienes aportaron con los recursos humanos para desarrollarlo. Nosotros escogimos este lugar porque las truchas son de agua fría", acotó, para agregar que "es posible que haya una continuidad de la iniciativa este año a través de los fondos FIC 2016, con lo que esperamos adjudicarnos la segunda etapa, que contempla la reproducción de truchas y la consolidación del mercado. Aquí quiero agradecer la apuesta de los consejeros regionales que tuvieron la visión de aprobar el proyecto y al Gobierno Regional, como también a la directiva de comunidad de Copaquilla".

COMUNIDAD

Wilfredo Cataldo, vicepresidente de la Comunidad Indígena Pukara de Copaquilla, es uno de los residentes de la localidad que está trabajando con el equipo de la UNAP.

"Para nosotros esto es una alternativa productiva. Aquí trabajamos en agricultura, que dura seis meses. Con los criaderos podemos estar trabajando todo el año y generar mayores ingresos, por lo que se presenta como todo un desarrollo para Copaquilla", manifestó.

OPINIONES

Las primeras truchas de criadero fueron a parar a modo de ejercicio a tres restaurantes: Amoramar, Varo´s y Acqua.

En uno de ellos, Amoramar, su administrador Jhoel Salazar aseguró que, "la trucha tuvo una gran aceptación. A ellos les dimos la opción de que cualquier plato que contenga pescado lo podrían cambiar por trucha, como por ejemplo la corvina, que es un pescado con el que habitualmente trabajamos. Las truchas salieron como pan caliente".

Salazar agregó que, "los platos en los que más salió fue en la corvina montada que consta de: una salsa de jaiba sobre la cual va el filete de pescado, que en el caso fue la trucha, sobre la cual estaban montados camarones caramelizados en salsa de maracuyá, acompañado de un delicioso quinnotto. Los otros platos eran un carpaccio de trucha que son finas láminas de la trucha bañada en una salsa de limón y aceite de oliva acompañado de alcaparras".

También subrayó que, "los clientes estuvieron satisfechos con el tipo de pescado y señalaron que es una variedad interesante y sabrosa dentro la propuesta gastronómica nuestra. La textura y el sabor fueron los factores a favor que tenía dicho producto".