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La comida francesa que se encuentra en pleno Super Agro

El "Paris d'Antan" del Super Agro, un local que utiliza las clásicas recetas francesas con productos locales ha estado innovando en los alrededores de la avenida Santa María, preparando pan y dulces artesanales de Francia.
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Salir a comer es un momento recreativo por si mismo, buscar un lugar adecuado para la ocasión, quizás una picada sugerida por amigos o solo llegar por cosa de "tincada" a un lugar nuevo a degustar lo exótico, puesto que en la turística Arica, el explorar sabores puede conseguir una que otra sorpresa, algunas de las cuales se encuentran en el Súper Agro Santa María, donde existe un verdadero rincón al más puro estilo francés.

Nicolás Matichard fue alguna vez uno de tantos turistas franceses que quiso pasear por Sudamérica; originario de Lyon, al sur del país galo, quiso conocer tal vez otros rincones del mundo y terminó en Arica, donde el clima, la gente y el ritmo de la vida lo encantaron hasta decidir pasar sus días aquí. Luego de cuatro años, la llegada de su primo Yohan Aberlenc, igual de entusiasmado con la idea de vivir en Arica, los llevó a tomar la decisión de poner un local de comida francesa, recordando su origen y aprovechando la ausencia de este tipo de platillos en la región.

"Hace muchos años queríamos hacer un negocio juntos, un restaurante; él tenía uno en Francia, "L'ardoise", así que como no había producto francés, decidimos trabajar juntos; a mí me faltaba el pan baguette, porque en Francia comemos mucho pan; aquí encontraba bueno el pan cuando salía del horno, pero tres o cuatro horas ya no era tan bueno, por lo que primero compramos la máquina para hacer pan, luego tuvimos la idea de hacer postres, de tener una pastelería", contó Nicolás, fundador del pequeño pero llamativo "París d'Antan" o París de Antaño.

Llamado así por su ambiente clásico de una Francia en la época del famoso "Moulin Rouge", su puesto en la fachada del Super Agro, difiere del resto de locales más comunes de Arica, lo que llama fuertemente la atención de quien observa las imágenes de la Torre Eiffel y los nombres de cada preparación en el menú, lo que sumado al acento de sus cuatro trabajadores, hacen del local una "pequeña Francia" en plena avenida Santa María.

solo artesanal

Los distintos platillos, que al ojo pueden parecer pequeños y sencillos, guardan la preparación de recetas muy antiguas de la comida francesa, partiendo desde la preparación de la masa para cada baguette, que tarda dos días en estar lista, hasta el producto final de un sandwich hecho por sus propios dueños, adaptados a los ingredientes de la región, lo que modifica la esencia de la comida francesa, con el resultado de algo totalmente nuevo; "probamos hacer todo con productos chilenos, por ejemplo tenemos el crusti-pan (sandwich de baguette con diversos ingredientes) llamado Temuco; mi primo hizo una combinación de crema con ají merkén, que solo lo encontramos en Chile, así que agregamos el queso en la salsa de crema y el pollo; también hay otro que llamamos Pushkar, que tiene tomate de aquí de la zona para atender al gusto chileno pero con la comida francesa" explicó el chef.

Según explicaron, han visto cómo muchos al pasar ven lo curioso del local, con diseños en blanco y negro, quedándose en la entrada para decidir si probar o no, lo que en algunos casos ha logrado hacer volver a quienes terminaron por probar los dulces y panes preparados; "las crepés les gusta mucho; ellos como conocen los panqueques y como conocen un poco, prueban y terminan por gustarle, también les gusta mucho el chocolate, los dulces que preparamos, que son hechos con chocolate ecuatoriano, muy fuerte, ya que tiene 70% de cacao y acá no están acostumbrados a comer tanto cacao" comentaron.

Algo accesible

Una de las razones por las cuales el local francés se encuentre en un sector donde las papas fritas y el completo sea lo más común ante el café y los dulces es debido a la propia decisión de Nicolás y Yohan, quienes, junto a su representante legal, decidieron buscar un lugar que fuera accesible a la propia gente; "no quisimos estar en el centro, porque eso da una sensación de "elite", que quizás dé la sensación de que es caro; nosotros queremos que la gente se acerque y el Agro es ideal, nos gusta trabajar aquí, el ritmo es muy tranquilo, es como si estuviéramos de vacaciones, el tiempo aquí no importa tanto como en otras ciudades más aceleradas", aseguró Matichard.

Por ahora, París d'antan seguirá creciendo poco a poco, explorando sabores locales para preparar más recetas europeas, intentando llamar la atención de las personas que quieran probar algo distinto en el propio Súper Agro, disfrutando de la cálida Arica con un baguette artesanal o un dulce a la francesa.