Perros abandonados
La denuncia hecha a través de redes sociales en donde una ariqueña enfrenta a una mujer por el abandono de un perrito en el sector de Gallinazo, es sólo la punta del iceberg de un problema que está claramente instalado en nuestra ciudad. La sobrepoblación de perros callejeros es una realidad claramente identificable.
Según la Oficina de Medio Ambiente de la Municipalidad de Arica, se estima que en la ciudad hay 8 mil perros sin dueño y otros 13 mil que, teniendo dueño, son liberados a la calle sin el debido cuidado, lo que habla de la irresponsabilidad con que en general se trata a estos animalitos.
El abandono de perros es acto lamentable y cruel. Se transforma en un problema no sólo para la mascota que es abandonada, sino que también para el medio ambiente y el entorno. El sector del Humedal de Lluta, que es una zona protegida como Santuario de la Naturaleza, recibe frecuentemente también a un número importante de perros que terminan en calidad de asilvestrados.
Muchos de esos perros llegan a la zona protegida, luego de ser abandonados en Gallinazo, lo que confirma un secreto a voces respecto al lugar: el hecho de que se ha convertido en un punto de abandono, principalmente, de perros.
El crear una cultura en torno a la tenencia responsable de mascotas no es fácil, menos cuando no se ha trabajado en dicha dirección de manera intensa, y en especial, desde el estamento público. Queda la percepción general del poco interés en fomentar el cuidado responsable de las mascotas y la escasa reacción al respecto.
A eso se suma la validación social del abandono de animales en el sector urbano. Porque en las calles de Arica se puede ver a perros dejados a su suerte en las calles, pero en un escenario distinto al de Lluta. Al final, acciones humanitarias permiten que estos animalitos puedan tener algo de agua y comida, pero ¿es esa la solución? ¿Qué hace la autoridad al respecto?
La condena a una persona expuesta por abandonar un cachorro, no parece ir al problema de fondo que es el menosprecio que en general, existe por miles de perros dejados no sólo en Lluta, sino que también en las calles.