La amenaza de la corrupción
Más allá de la bandera o el himno nacional, supuestamente más lindo del mundo después de La Marsellesa, algo que hacía que los chilenos se sintieran orgullosos era la solidez moral de las instituciones de la República y la solvencia ética de sus servidores públicos.
Esa impronta portaliana nos hacía sentirnos, justificadamente o no, superiores a nuestros vecinos.
Pero de un tiempo a esta parte, ese sensación se ha ido resquebrajando, en la medida que hemos ido tomando conocimiento de distintos casos de delitos que involucran a hasta ahora prestigiados organismos, de los más diversos ámbitos, desde el gobierno a la Iglesia, pasando incluso por el fútbol profesional.
Para muchos ha sido como si repentinamente se hubiera descorrido un velo o alguien hubiera levantado la alfombra bajo la que se ocultaban sucios secretos, disimulados por una mullida alfombra de apariencias, apenas unos milímetros bajo nuestros pies.
Arica no ha estado ajena a esta realidad y la opinión pública aún debe recordar con claridad el bullado caso de Corrupción Municipal, que terminó con condenas para un ex alcalde, concejales, funcionarios y empresarios que habían tendido una red para beneficiarse mutuamente de la adjudicación de contratos con fondos públicos.
Ahora, asoma un nuevo motivo de inquietud, con la investigación que el Ministerio Público está realizando en torno a millonarios gastos de Sernatur en la región, por servicios presuntamente no realizados.
Tras todos esto hay más que una sensación provocada por hechos de alta connotación pública. La misma fiscal regional, en su última cuenta pública, mostró que en nuestra región hay un aumento real e importante de casos de corrupción que llegan al nivel de ser objeto de persecución penal.
Fue la misma titular del Ministerio Público quien llamó a la población a denunciar este tipo de casos, ya que es la forma más eficaz de mantenerlos a raya, para bien de toda la sociedad y fortalecimiento de las instituciones que un día fueron nuestro orgullo.