Con perdón, pero sin olvido: dejar ir el resentimiento
Expertos afirman que exonerar garantiza más años de vida y menos depresión. Genera bienestar y mejor salud.
Perdonar no siempre es sencillo. Cuando alguien nos hiere no pensamos en sus motivos o intenciones. Lo primero que se nos viene a la cabeza es un sentimiento de rencor, de venganza y de resentimiento. Sin embargo, y sin tomar en cuenta un fin altruista, esta obsesión por "devolver la mano" no es beneficiosa para nuestro bienestar, tanto físico como emocional.
Expertos en la materia del perdón aseguran que esta mera acción, por muy difícil que pueda resultar, influye directamente en nuestra calidad de vida. Por ejemplo, garantiza más años de vida, menos depresión y riesgo de infarto, una presión arterial más baja e, incluso, un sistema inmunitario fortalecido.
En definitiva, la exoneración trae consigo bienestar y salud.
Existen muchas dudas respecto al real alcance de la palabra perdonar, por lo que los avezados en el tema prefieren definirlo por lo que no es.
Por ejemplo, no implica olvidar. Nada podrá eliminar los dolorosos recuerdos de tu mente, por lo que lo importante es superarlo, dar vuelta la página, y aprender a vivir con ello. Cada ves se harán menos recurrentes.
No significa empatizar. Es más fácil perdonar cuando se conocen los motivos que han llevado a una persona a hacernos daño, pero estos motivos o intenciones no siempre tienen una explicación lógica, por lo que es mejor no entrar en ese callejón sin salida.
Por último, pero más importante, no hay que reconciliarse forzosamente con aquel que nos hirió. A veces nos sentimos obligados a entablar nuevamente el mismo tipo de relación con personas que, por algún motivo u otro, buscan nuestro perdón. Sin embargo, lo más importante es sentirse bien consigo mismo y eso implica simplemente no volver a confiar en esa persona.
En definitiva, perdonar implica olvidarse del deseo de venganza, poner la felicidad en nuestras manos y no en las de alguien más.