El mismo sol que le da su nombre y energía, presidirá esta tarde el inicio de la fiesta más multitudinaria que se registra en Arica.

Surgido tímidamente hace 15 años, por iniciativa de un grupo de dirigentes indígenas, el Carnaval Con la Fuerza del Sol se ha ido consolidando como el encuentro más masivo del folclor del norte del país.

Su permanencia y constante crecimiento posiblemente se explican por el hecho de ser una iniciativa nacida de las bases, una muestra de lo que puede lograr la ciudadanía "empoderada", con el apoyo de la autoridad.

Tres días de música, baile y colorido que ha ido cobrando tal dimensión que si sigue así pronto tendrá poco que envidiarle al carnaval de Oruro.

Es además un aporte a la economía local, que se beneficiada en términos de ocupación hotelera, ventas del comercio y, en general, uso de servicios.

Además se ha ido convirtiendo en un sello de identidad de la ciudad, que proyecta una imagen distintiva hacia el resto del país y las naciones vecinas.

Sin embargo, no todo es positivo y hay detalles que es necesario cuidar y corregir.

Uno de ellos es el de la disposición de la basura. La cantidad de gente que reúne esta fiesta genera también grandes cantidades de desechos, que en versiones anteriores ha sobrepasado las previsiones de los organizadores y la autoridad.

Se debe tener mucho cuidado con este aspecto, para evitar lo que ha ocurrido con otros encuentros masivos, como el Festival de los Mil Tambores, sobre el cual los comentarios positivos en torno a su calidad de fiesta cultural, pasaron a ser rivalizados por las críticas a la suciedad que deja en las calles de Valparaíso.

También debería ser materia de estudio el circuito escogido, tanto por la molestia que significa para los residentes, muchos de los cuales deben optar por dejar sus casas estos días, como por el riesgo latente de que se produzca una emergencia que requiera evacuar la zona costera, saturada por los bailarines y el público espectador.

Es mejor prevenir que lamentar.

Hoy, a primeras horas de la tarde -y bajo la merced de la canícula reinante, como afirmaba el periodista Adrián Enrique González- se dará inicio a una nueva versión del Carnaval "Con la Fuerza del Sol".

Nacido como una actividad de masivos pasacalles en el año 2002, la "Entrada de Carnavales", relevó una distracción más foránea en su concepto, como lo era la "Ginga Ariqueña", creada por el recordado Carlos Verdugo Valenzuela, "Carlinhos". De allí fue adquiriendo inusitada fuerza, ganando notoriedad y emblemática presencia en la ciudad hasta derivar en un espectáculo veraniego de jerarquía, que sin duda potencia a Arica como una interesante y novedosa plaza turística y cultural.

Lo cierto es que el carnaval, por sus especiales características ha venido en cautivar una manifestación de profunda identidad cultural, inserta en una realidad pan-andina, que reúne, por cierto, a distintos cultores tanto en formas y contenidos como orígenes étnicos. De esa forma las distintas coreografías, interpretaciones musicales y puestas en escena, recorren grandes extensiones territoriales desde Bolivia (Oruro como referente); también provenientes de Perú; de los pueblos del interior de Parinacota; del Valle de Azapa con sus apasionados afrodescendientes, y también seguidores urbanos que se suman a estas manifestaciones, tal vez sin tener raigambre ancestral pero sí entusiasmo y compromiso con las tradiciones de la tierra de acogida.

Si bien es cierto que el Carnaval ha crecido (se estima en unos 11.000 participantes en 63 comparsas más sus bandas musicales para la versión 2016) aún falta un desarrollo más relevante en cuanto a su promoción y difusión para posesionar la actividad a los niveles de referentes colectivos como por ejemplo, las Semanas Musicales de Frutillar, el Festival del Huaso de Olmué; es decir una "marca registrada", o "denominación de origen". Además, en cuanto a su organización es hora de atisbar la creación de una corporación al efecto que haga más expedita, aligerada y eficiente su gestión.