La paciencia se empieza a acabar entre los miles de transeúntes que todavía no pueden atravesar la frontera de forma normal en los tres días de paro que llevan los transportistas.
Algunos incidentes ligeros se han ido ocasionando ya que las medidas tomadas por los camioneros de solo dejar pasar vehículos cada largos tramos de tiempo ha ido afectando al humor de los chilenos y peruanos.
Durante el medio día de ayer, los dirigentes del paro se reunieron con el Gobernador de Arica, Ricardo Sanzana, para definir un acuerdo para acercar a las autoridades peruanas con los líderes del paro, a lo que el Gobernador indicó "hemos estado gestionando una coordinación para que se escuchen las peticiones de los transportistas afectados con las autoridades del vecino país y así poder deponer el paro, con lo que estamos bien avanzados para hacer el nexo entre ambas partes".
Sin embargo el presidente de la asociación, Jorge Araya, indicó que las conversaciones no han ido bien, ya que ellos insisten en que el tema central es hablar sobre el cumplimiento del acuerdo del 2012, donde se eliminaban las infracciones, y no sobre la sesión que realizaron en Tacna el año 2015, por lo que indicó que "no hay acuerdo hasta ahora".
Por su parte, los comerciantes peruanos han indicado su molestia al tener que atravesar los tres kilómetros a pie, ya que cargan con pesada mercadería que vienen a ofrecer a Arica, en tanto los chilenos que quieren cruzar a Tacna, siguen molestos con las medidas, ya que aseguran que no hay opción ni siquiera a familias con niños o enfermos al haber un control tan estricto que en ocasiones deja pasar un vehículo cada hora.
La medida de los transportistas seguirá durante el fin de semana a lo que la Cámara de Turismo de Tacna indicó que el paro afectó negativamente en el turismo, bajando las visitas a la ciudad en un 60 por ciento, además de afectar al comercio de frutas y verduras, las que eran transportadas por los camioneros.
Efectos en tacna
En fines de semana se registran cerca de 20 mil ingresos y salidas por la frontera. Con la paralización, el tránsito se reduciría solo a la mitad, lo que provocó una reducción de los ingresos económicos en la vecina ciudad que obtiene importantes recursos a base del turismo, comercio y servicios de salud ofrecidos a visitantes de Chile.