Los esfuerzos que se hacen para instalar señalética con el fin de orientar a los turistas o para el tránsito vehicular se ven frustrados por la acción vandálica de quienes destruyen o rayan estas estructuras.
En la ciudad, los sectores que más sufren con este daño son las calles céntricas y particularmente las cercanas a los parques que son frecuentados por los visitantes.
Junto con este perjuicio al turismo, existe un impacto en las arcas municipales que debe destinar recursos económicos y humanos para reponer o reparar estos daños.
Renato Acosta, director de Tránsito de la Municipalidad de Arica, explicó que es difícil cuantificar los daños, pero en una cifra aproximada gastan 35 millones de pesos anuales en volver a dejar aptas las señaléticas dañadas o rayadas.
Junto con esto, el director de Tránsito manifestó que deben ocuparse de la demarcación, las vallas perimetrales en las esquinas, todo lo cual también genera gastos.
Respecto a que si la Municipalidad de Arica recupera parte de estos gastos es algo incierto, dado que en el caso de la señalética de calles, para ello carabineros o inspectores municipales debiera sorprender in fraganti a los vándalos y éstos por lo general actúan al amparo de la oscuridad.
En cuanto a la señalética de tránsito, los mayores daños son cuando se las derriba por choques.