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Hermanas muestran cómo matar el estrés con artesanía

Para escapar del ajetreado diario vivir, se motivaron a crear artesanía en sus ratos libres, ahora con una gran cantidad de obras, se decidieron a venderlas y dar a conocer su talento en la decoración y talla de madera.
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La feria navideña tiene variedad en productos para regalar, perfumes, juguetes y todo tipo de material importado, pero la artesanía ha ido en bajada, siendo lo menos abundante en un comercio que se decanta por lo hecho en fábrica.

Pero en una de las filas de la feria, puestos aún reúnen artesanías que pueden ser un atractivo regalo para estas fiestas.

Noemí y Carolina Rivera son dos hermanas que hace cuatro años buscaron una escape al ritmo de vida y la rutina de sus trabajos, encontrando en las manualidades un relajante hobby para practicar. Juntas se unieron a un pequeño curso de "decoupage", al que abandonaron a las dos clases, en vez de eso, decidieron crear su propia forma de terapia y artesanía, aprendiendo a tallar, decorar y fabricar productos solo por diversión.

Carolina cuenta que todo empezó cuando se les invitó a la feria, "nos ofrecieron un puesto en la feria del juguete, accedimos, primero con cosas pequeñas y más feas, luego fuimos evolucionando año a año. Al principio solo comprábamos las cajas hechas, las decoramos, las pintamos, pero eso salía costoso, hasta que intentamos hacer todo por nosotras, que fuera más creativo y que sea único, para no competir con nadie y poner nuestros propios precios, hasta que hicimos las joyeras grandes, luego cuadros, imanes, máscaras, casas y luego espejos".

El puesto ofrece diversos objetos decorativos hechos totalmente por ellas, en horas libres del fin de semana, descargan el estrés cortando, tallando y pintando, reuniendo todo en un cuarto de la casa, esperando el fin de año para ver si se puede vender algo.

Casitas de madera que parecen ser decoradas con dulces reales, joyeras de hasta 30 centímetros de alto, cuadros con pinturas de geoglifos, elefantes de colores colgados uno arriba de otro, imanes con todas las iglesias de la región y un espejo decorado con vistosos símbolos andinos son algunos de los trabajos que realizaron este año.

Noemí, indica que nadie las ayuda en el proceso de fabricación, "esto salió sin querer queriendo, de pronto nos vimos en un momento donde la gente se llevaba todo, solo aquí nos ponemos a vender, porque nunca buscamos formar nada de esto. Cada año hacemos algo con un modelo diferente, porque nos aburre hacer lo mismo, así que variamos en diseños."

Después de cuatro navidades, quitarse el estrés les ha dado frutos que ni se imaginaron, eso sí, no fue fácil pulir sus técnicas, ya que las hermanas aseguran que al principio solo creaban pequeñas cosas y que a su gusto eran "feas", además de venderlas a cualquier precio, "cuando una colega y artesana de la feria nos dijo que hacíamos mal en venderlas tan barato, nos dimos cuenta que estaban a 20% del valor que debían tener, con el tiempo nos enseñaron a cómo manejarnos en la feria" indicó Noemí.

Las artesanías se venden entre mil a 15 mil pesos, ya algunos turistas nacionales de Aysén, como algunos de Brasil, Bolivia o Argentina se han llevado las piezas únicas.

Las hermanas se motivaron y este año esperan vender durante el carnaval "estamos preparando un lugar durante esas fechas", aseguraron.