El ciclista por fin descansa en casa de unos amigos en Arica; su larga travesía ha terminado en una calurosa tarde en el norte; sentado puede contar que ha recorrido el largo de Chile solo por motivación, pedaleando en cada kilómetro de la carretera por más de un año; ahora está listo para volver a la rutina del trabajo en el sur, donde pausó su vida por conocer Chile.

Ernesto tiene 27 años, es ingeniero en prevención de riesgos y vive en la comuna de Río Bueno, en la Región de los Ríos, trabajaba en Puerto Varas, pero su gran sueño era recorrer Chile, por lo que con suficiente motivación, un día decidió renunciar y pegarse una aventura solo en bicicleta, hoy lo ha logrado. Más de cuatro mil kilómetros de viaje le enseñaron en esencia lo que el país tiene para ofrecer.

Como un proyecto personal, la travesía titulada "dejando huella" fue un sueño que tomó tiempo efectuarse. Según Ernesto, "postergué este proyecto por meses, debido a la rutina del trabajo, pero en un momento difícil decidí renunciar y comenzar a viajar. Gracias al auspicio de algunas empresas comencé desde el extremo sur, en Puerto Williams, a pedalear por Chile hasta mi meta, Visviri en la parte más al norte; mi objetivo era mostrar que se puede lograr pedalear todo el país, promoviendo el deporte, motivando a que la gente decida interesarse por la cultura propia de Chile y generar conciencia ambiental, ya que en los lugares más poblados, el uso del auto es excesivo, se pueden ver familias hasta con dos o más autos".

Su meta final era llegar al extremo norte, donde nunca había llegado; "no conocía el norte, mi límite era La Serena, más allá era todo nuevo y me fascinó, no hay lluvias y el sol es muy fuerte; dicen que la gente del norte es menos social que la del sur, pero no lo encontré cierto, acá son muy amables. Cuando me encontré reparando una rueda en pleno desierto, un caballero se ofreció a llevarme, le dije que quería llegar por mis medios, así que me regaló una botella de agua y un sándwich; eso hizo mi día, ni siquiera había almorzado" comentó.

La bicicleta, auspiciada por Bike Aventura, es una Wheeler y está diseñada para trayectos largos de cicloturismo. Cargaba el equipo que consistía en una mochila de montaña con la tienda de campaña para la noche, herramientas, ropa, un bolso para la cámara, agua y utensilios de cocina, lo que sumado a su peso eran alrededor de 150 kilos. Su jornada consistía en 10 horas diarias de pedaleo.

La región de Arica

En Arica, se siente muy a gusto; "me impactó el cariño a la propia cultura

andina que hay. Desde Arica a Visviri, me tomó cuatro días de viaje, me encantó el altiplano y fue la etapa más dura; la altura te afecta mucho más que el calor del desierto; luego de llegar, no sabía cómo volver, pero unos trabajadores se dirigían a Arica en camioneta, me dejaron subir y ahora planeo recorrer la ciudad antes de volver".

Uno de los detalles que le llamaron la atención de Arica fue la basura; "me impresiona un poco que haya tanta basura en las calles, porque Arica es bonita y es un buen destino turístico; para uno que llega desde afuera le impacta que en las calles se vean restos. Ojalá se solucione luego".

Ernesto volverá a Río Bueno a ver a su familia; su meta es realizar un documental y escribir un libro con las anécdotas de su viaje; "la gente puede pensar que fueron como vacaciones, pero hay todo un trabajo invertido en esto, solo quiero mostrar que es posible y es toda una experiencia, salir un día del trabajo a pedalear, disfrutar de los espacios fuera de la ciudad y proponerse conocer Chile".

Luego de un año sin ver a su familia, García está listo para volver a una vida normal, celebrando las fiestas de fin de año y buscando trabajo, siempre teniendo su pasión por el cicloturismo presente. Espera contar su viaje mediante el sitio web www.dejandohuella.cl, donde subirá contenido en base a su experiencia recorriendo las rutas de Chile.