Un lugar llamado Padre Alberto Hurtado para una nueva vida
El centro atiende a unas 41 personas adultas y viven allí, además, cuatro niños, dado que sus madres no pueden ingresar solas y se les autoriza para estar con sus hijos.
La vida siempre da nuevas oportunidades cuando se ha tropezado por diversas circunstancias, pero lo importante es recibir el apoyo adecuado y preciso.
Así ocurre con el Programa Terapéutico Residencial Padre Alberto Hurtado, que está emplazado desde hace más de 10 años en el sector de Cerro Sombrero, antiguo camino del valle de Azapa.
El sitio da acogida a quienes sufren severas dependencias de las drogas y alcohol, flagelos que no se han detenido con el tiempo y que dañan el tejido social y provocan la desintegración familiar y aislamiento de los afectados.
Consciente de esto es que la dirección del centro organizó una feria social para que las personas internas puedan vincularse y recuperar sus redes sociales.
El objetivo principal fue que las personas puedan ser "visibilizadas" socialmente, tras perder contacto con la comunidad e inserción laboral.
Y esto se buscó mediante la concurrencia de servicios como el Fosis, Gendarmería, Ministerio de la Vivienda y otros.
Una de las residentes en el centro está próxima a tener su hijo y su testimonio apunta a que todo es posible en la vida cuando hay ganas y deseos de rehabilitarse del duro flagelo de las drogas y alcohol.
Ella ha podido conocer en su estadía en este sector alejado de la ciudad y rodeado de parcelas en Cerro Sombrero, que son muchas las manos que se extienden para salir del túnel y justamente la realización de la Feria Social, le ha abierto varias puertas.
Según relata, es muy útil para los residentes el saber que se pueden eliminar los antecedentes penales, se puede emprender un negocio o desarrollar una idea (Fosis) y también conocer del Ministerio de la Vivienda una posibilidad futura de contar con una casa para ella y sus hijos.
Ella llegó al centro de terapia embarazada de cinco meses y medio y en el tiempo que lleva, asegura que "esto me ha ayudado a trabajar mi tolerancia, mi impulsividad, que me llevaba al consumo de drogas y además esto me sirve para contar con herramientas que permitan mi reinserción social".
Los deseos
Su gran aspiración es poder trabajar una vez que salga del lugar, porque "tengo una hija y depende de mí, y por ella estoy aquí, para salir adelante y por eso me falta el proceso de capacitación laboral que es el final del programa".
Ana Avalos, jefa del programa "Padre Alberto Hurtado" de la Fundación Paréntesis y sicóloga de profesión, contó que además del objetivo de rehabilitar a las personas con el consumo de alcohol y drogas, se busca integrarlas socialmente para un proceso de visibilización de las personas que han estado mucho tiempo ocultas por el problema de las drogas.
"La idea es ir creando una especie de puente con las instancias sociales" y para ello llevaron hasta el Centro Terapéutico, entidades como Previene, Gendarmería, Fosis, junto con brindar servicios como peluquería y otros.
El lugar atiende a unas 41 personas adultas y viven allí, además, cuatro niños, dado que sus madres no pueden ingresar solas y se les autoriza para estar con sus hijos.
Estadia
Esto se debe a que atienden a una población de 15 mujeres con adicción severa y algunas para poder ingresar no tienen quien se haga cargo de su guaguas y por ello se permite que estén con ellas.
Uno de los casos es de una madre que está embarazada y que ya tenía otros dos hijos.
De hecho, los pequeños han sido incorporados al jardín infantil del sector de Cerro Sombrero y la mamá los va a dejar y buscar. Asimismo, el centro tiene contratada una parvularia para atender a los niños cuando la madre se halla en terapia y junto con ello hay una sala para la preparación de lácteos.
La estadía en el centro terapéutico es relativa, ya que algunas personas están seis meses, otras siete meses o un año, hasta que logran su rehabilitación para poder reinsertarse en la sociedad.
Melissa Pérez, asistente social del área mujeres del centro terapéutico, expresó que el objetivo que buscan como parte de la rehabilitación es acercar las redes sociales y servicios para los residentes dado que se hallan en un área rural.
En cuanto a las necesidades que tienen los que conviven en el lugar, la asistente explicó que primero se realiza un diagnóstico, lo cual varía año a año.
En esta temporada lo que detectaron es la necesidad de hacer limpieza de antecedentes.
Además, un aspecto que resalta es la oportunidad que tienen los internos para emprender proyectos, asesorados por Fosis.
La asistente social afirma que el segundo proceso es reinsertarse socialmente y estas ferias civiles que llevan a cabo los acerca un poco a la realidad que van a emprender en el futuro, cuando salgan de allí.