Secciones

PDI estrena bote para la investigación acuática

E-mail Compartir

Hace cuatro meses hizo su prueba de navegabilidad en el lago Rapel, paso previo para iniciar una vida operativa útil en la Policía de Investigaciones. El "Zulu II", único bote en Chile diseñado para la investigación criminal, recorrió por primera vez las costas de Arica, en búsqueda de evidencia submarina.

La diligencia estuvo a cargo del Equipo de Operaciones Subacuáticas de la Brigada de Reacción Táctica Metropolitana, que trazó un amplio circuito frente a las playas Chinchorro y Las Machas.

De manufactura nacional, el Zulu II es un bote neumático modelo Skua 550, especialmente adaptado para realizar pericias científico-policiales en el medio acuoso.

Durante los tres días que duró la operación, el mando de la nave recayó en el inspector y buzo criminalista, Sebastián Morales, quien se sumergió hasta el lecho oceánico junto a otros policías entrenados de la PDI.

En la cubierta, la experiencia contó con la participación de oficiales de la Brigada Investigadora de Delitos Contra el Medio Ambiente y Patrimonio Cultural (Bidema) y peritos del Laboratorio de Criminalística (Lacrim).

El trabajo se desarrolló en coordenadas específicas, con una comunicación radial fluida entre los buzos y los detectives a bordo del transporte marítimo.

Las pruebas recogidas, de tipo medioambiental, fueron selladas, rotuladas y enviadas al Lacrim para su análisis.

El jefe subrogante de la XV Región Policial Arica y Parinacota, subprefecto Claudio González Hofstetter, manifestó que "con la creación, el año 2011, del Equipo de Operaciones Subacuáticas, estamos llevando la investigación criminal y el conocimiento del detective a un nivel distinto, profundo y especializado, en un área tremendamente compleja y desafiante. Hemos comenzado a dar un giro sustancial en la forma de hacer investigación policial, en el medio subacuático, con los nuevos recursos que proporcionan la ciencia y la tecnología".

diseño especial

El bote Zulu II, según el inspector Morales, "ofrece seguridad, estabilidad, rapidez y versatilidad en el mar, ríos, lagunas y lagos".

La nave de 5.5 metros de eslora y 2.34 metros de manga, combina una quilla de fibra de vidrio con un sistema de flotación confeccionado de "hypalon", un caucho sintético altamente resistente a químicos, temperaturas y condiciones extremas.

Fuera de borda, un motor de 90 caballos de fuerza se alimenta con bencina de 97 octanos, proveniente de un estanque tres veces más amplio que el de otros botes Skua.

La prueba más visible de su arquitectura naval reformada es un inusual mando, estratégicamente ubicado en un costado de la cubierta, con el propósito de optimizar el espacio donde se desenvuelven buzos y peritos criminalísticos.

"Estuvimos presentes en todo su proceso de confección. Lo fuimos a ver permanentemente para aportar con nuevas ideas. Debía quedar justo como queríamos", recuerda el especialista.

Los oficiales del Equipo de Operaciones Subacuáticas cuentan con certificación de "Buzo Profesional Especialista", de la Armada de Chile; "Buzo de Seguridad Pública", de la Professional Association of Diving Instructors (PADI); y "Buzo Criminalista" de la PDI.

El equipo presta colaboración a las diferentes unidades especializadas de la PDI en la búsqueda, localización, identificación, protección, fijación, descripción y levantamiento de evidencia subacuática (cuerpos humanos, huesos, restos orgánicos, armas y droga, entre otros).

Las primeras diligencias del grupo se realizaron a bordo del "Zulu I", un bote zódiac que aún se mantiene operativo. J

El Zulu II

costó 15 millones

de pesos

y cuenta con un

sistema de

comunicación

con los buzos.