Es una ariqueña amante de los animales y desde hace tres años comenzó una campaña para colocarle collares reflectantes a los perritos que están abandonados en las calles de Arica.

Carmen Jiménez confiesa que trabajando en el centro de la ciudad comenzó a ser solidaria con los animales que veía en la calle, la mayoría abandonados, muchos con enfermedades, otros que pasaban hambre y que no eran bien cuidados; cuenta que no representa a ninguna agrupación animalista, pero que ellos siempre han estado presente en ayudarla en el traslado de los animales al veterinario y con donaciones que siempre son en bien de perros y gatos que no tienen hogar.

"Esto es algo a lo que me dedico con mucho amor, ellos son parte de mi familia y si no lo hago, me siento muy mal", dijo la dog lover, quien además agregó que mensualmente desembolsa cerca de 80 mil pesos, los que utiliza en realizar nuevos collares -para cambiarle a los que ya están gastados o a los perritos que se los roban-, en comprar comida para los animales y para llevar al veterinario a los que se encuentran en tratamiento.

"Muchas personas me preguntan por qué gasto tanta plata en los animales que no son míos, y creo que mientras pueda hacerlo seguiré; ellos me reconocen en la calle, cuando voy apurada tengo que darme la vuelta por otro lado porque sé que me quedaré mucho tiempo regaloneándolo; otros cuando me ven, me siguen y me cuidan, hasta me esperan que tome colectivo hasta que me voy"; Carmen cuenta que todos los perros que están en la calle tienen cada uno su nombre y saben de las personas que los cuidan.

Su casa ya no da más, tiene 3 perros y 2 gatos y dice entre risas que si lleva uno más la desalojan a ella junto a sus animales; "el primero que recogí es el Monky, después llegó la Pelusa y hace poco adopté a Molo; mis gatos son Samy y Tomás y todos viven dentro de mi casa; el patio para ellos solo lo tienen para comer y hacer lo que necesiten", aclaró.

Una de sus peticiones es que la gente pueda colaborar con viviendas temporales; agregó que es algo que a la gente le cuesta mucho aceptar; "cuando los animales están expuestos a tratamientos, ya sea para sanar alguna enfermedad o un post operatorio después de castrarlos, necesitamos que puedan estar en un hogar, luego de esto si ellos no tienen un lugar donde sean adoptados se devuelven a la calle, lamentablemente".

Fieles amigos

Mientras camina por 21 de Mayo, Carmen es reconocida por sus más fieles amigos, los perros callejeros, quienes agradecidos tras recibir un collar reflectante saben que ella siempre tiene en la cartera algo con que alimentarlos.

Nunca sale sin los collares ni un poco de comida en su cartera; Carmen sabe que si no encuentra a alguno de sus animales, el próximo día podrá volver; "tengo que estar siempre fabricando nuevos collares, porque la gente los ve y se los roba, de pura maldad, es por eso que nunca faltan en mi cartera de distintos tamaños y algunos con sus nombres"; Carmen asegura que esto es algo que a ella la mantiene muy contenta y que siempre seguirá realizando y espera que más ariqueños se sumen a esta causa. J