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Ellas decidieron escuchar a quienes solo oyen silencio

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Ante la dificultad que tienen los sordos para comunicarse y la falta de capacitación en la lengua de señas es que nació hace cinco años esta academia, para aportar con un grano de arena en el desafío de la inclusión social.

Esta institución es la única que en Arica cuenta con certificación por la Agrupación Nacional de Sordos para instruir a la comunidad.

En su trayectoria 80 personas han logrado certificarse.

Vocación social

Gabriela Araneda es una de las estudiantes que recientemente egresó del curso básico de este lenguaje y explicó que muchos sordos no hablan "por vergüenza; su condición auditiva no los condiciona con el habla. Hay sordos de nacimiento y sordos que han ido perdiendo la audición por un virus, enfermedad u otra variable. Está mal utilizado el concepto sordomudos".

Gabriela es una de las doce alumnas que recientemente cursaron la primera etapa de este lenguaje que abre caminos. Ella es estudiante de enfermería y por su vocación social decidió complementar sus estudios con este tipo de capacitación.

"En todas las prácticas que he tenido, ya sea en Cesfam o en el Hospital, yo veo que no hay facilitadores para pacientes sordos; hay más para quienes usan la lengua aymara, pero no estamos preparados ni para los pacientes ciegos ni sordos", explicó la estudiante.

Gabriela detalló que en su rol como futura enfermera está la firma del consentimiento informado, que se realiza cuando alguien se opera y consiste en explicarle de qué trata la intervención y sus respectivos riesgos; "si llega un paciente sordo, no hay nadie que se lo explique con señas. Además lamentablemente hay algunos sordos, no todos, que no saben ni leer ni escribir, entonces se necesita de alguien que pueda comunicarse con ellos".

Es por ello que esta joven decidió realizar este curso de capacitación; "siempre hablamos de que somos un país que apoya la inclusión, que participa en la Teletón, ¿pero qué pasa en el diario vivir, en lo práctico?, nadie toma en cuenta a la gente que no puede comunicarse. Por eso creo que es una buena herramienta aprender lengua de señas".

Una diversidad de mujeres participaron en este curso: dueñas de casas, trabajadoras sociales, estudiantes de pedagogía, educadoras diferenciales, psicopedagogas; "todas entramos con las ganas de aprender esta nueva lengua con el fin de ayudar a mejorar la inclusión que hay o más bien que deberíamos tener en el país".

Otra comunicación

El lenguaje de señas es una herramienta que permite abrir caminos al entendimiento con personas que no cuentan con los canales de comunicación a los que estamos acostumbrados.

Gabriela manifestó que ayuda "a entender otras perspectivas; uno no se pone en el lugar de los otros, y para los sordos cosas tan simples como ir al colegio, para ellos es muy complicado".

Aurelia Sanabria, directora de la academia y persona sorda, dijo que su preocupación es "encontrar intérpretes para nuestra comunidad. Gente que nos pueda ayudar en las distintas instituciones del diario vivir, como carabineros, bomberos, hospitales, etc. Y de este modo lograr una mayor integración". J