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La excusa de la luna roja dejó a ariqueños felices

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En todas partes de Chile se generó expectación por el fenómeno de la "Luna Roja", espectáculo que se generó la noche del domingo por un eclipse de luna y que movió en masa a los chilenos hacia zonas alejadas de la urbe para evitar la contaminación lumínica, algo que en Arica no fue la excepción.

Los asistentes hablan de cerca de trescientos vehículos apostados por todo el sector de las Presencias Tutelares, gente que con cámaras esperaron atentos el show que finalmente nadie pudo ver en la región.

Y es que a sólo minutos de que el satélite natural se tiñera de rojo, la camanchaca hizo de las suyas y cubrió los cielos del lugar, lo que imposibilitó a los asistentes poder apreciar el maravilloso evento.

HASTA EN BICI

Sin embargo, eso no quitó que se disfrutara con todo la ocasión. Hasta en bicicleta llegaron ariqueños a las Presencias, mientras que otros con mesas instaladas tomaron once. Los termos con café fueron los infaltables en todos los autos, y los celulares se quedaron con "cuello" por no poder sacar una foto al fenómeno.

PARA VERLO EN FAMILIA

Para Oscar Pantoja, microempresario y eterno ligado al deporte, la experiencia de todas formas dejó un sabor dulce. Si bien la magia no apareció en su totalidad, la enorme luna que se apreció en Arica a eso de las 20 horas fue más espectacular a 20 kilómetros de la ciudad.

"Fue una decisión en familia. Con mi señora nos planificamos para asistir a ver en algún lugar en altura la luna, porque en general se ve más claro y está más despejado. Fuimos en cuatro vehículos junto a unos amigos. Llevamos termos pa'l cafecito, parrillas y nos encontramos en la Copec Sur a eso de las 9 de la noche. Había como unos 30 autos echando bencina, había mucha gente subiendo. Llegamos a eso de las 21.30 arriba", relata Oscar.

La luna roja nunca apareció. Sí lo hizo el eclipse. Pantoja cuenta que para quienes llegaron temprano fue un premio de consolación el apreciar poco más de la mitad del fenómeno, antes de que la camanchaca aguara el espectáculo.

Salir de la rutina

Gerardo Torres viajó hasta la zona en compañía de su polola Antonia y cuatro amigos más. Todos "apiñados" en su auto, quisieron salir de la rutina y ser parte de los miles de chilenos que presenciaron el evento.

Si bien la jornada no fue como esperaban, igual permitió a los amigos el disfrutar lejos de la ciudad en una tarde de domingo diferente, dejando la tele de lado, la pega, o cualquier otra cosa que se toma el domingo.

"La idea era ver el eclipse sin contaminación lumínica y de paso salir un rato de la rutina", cuenta Gerardo. Al igual que todos, el café en termo, los binoculares, el azúcar, taza y hasta un matecito. Nada podía faltar para ser parte de un fenómeno que no se da con regularidad,