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Diez años de inactividad

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En un día como el en que escribo estas palabras, un 26 de septiembre, pero del lejano año 2005, se escribieron otras palabras, solicitando al Consejo de Monumentos Nacionales que se declarara Monumento el Ferrocarril de Tacora, luego ampliándose la solicitud para que comprendiese todos los restos de las antiguas azufreras de Tacora. Ese Ferrocarril era el más alto en el mundo, subiendo a solo 20 metros menos de 5.000 m.s.n.m. y, en su punto más alto, se combinó con una red de andariveles que alcanzó unos 5.450 m.s.n.m.. Los dos sistemas de transporte atendieron una industria ya extinta en Chile, y casi desaparecida también del resto del mundo, es decir, la minería tradicional de azufre.

Sin embargo, en el décimo aniversario de la solicitud, todavía sigue tramitándose la declaratoria como Monumento Nacional de los históricamente importantísimos restos de las azufreras de Tacora y, por eso, no cuentan con la protección que los habría brindado la Ley de Monumentos. Entre las piezas que han sido llevadas del sitio, en años recientes, se incluyen tres antiguas locomotoras a vapor que, alguna vez, operaron sobre el Ferrocarril. Esa inacción es a pesar de que, en dos ocasiones, el propio Consejo de Monumentos Nacionales ha aprobado la solicitud, una vez, en su sesión de mayo de 2013, en principio, por consultas pendientes sobre los límites del sitio, y otra vez, en mayo de 2014, de manera definitiva, con los límites ya definidos.

Mediante la presente comunicación, quisiera pedirle a la Secretaria Ejecutiva del Consejo de Monumentos Nacionales que explique a los ciudadanos de la Región XV, y, especialmente, a los socios fundadores de la Asociación para la Conservación de las ex azufreras y el ferrocarril de Tacora (en formación), las razones por qué los restos de las azufreras de Tacora aún no tienen la condición de Monumento Nacional.

Ian Thomson N.

Pavimentación ciudadana

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Sí, es indudablemente una opción el que cada ciudadano que observe una deficiencia en infraestructura ciudadana, después de requerir la intervención de las autoridades pertinentes, al no ser escuchado o transcurrir el tiempo sin que estas autoridades den luces de querer solucionar el problema por una u otra razón, quiera , si esta dentro de sus posibilidades, solucionarlo en forma personal, sobre todo si las mencionadas fallas merman su capacidad de desenvolverse en sus actividades diarias... Pero, si no hay un interés directo y la acción no tiene otra finalidad que llamar la atención hacia su persona, entonces se transforma en un mal ejemplo, ya que el trabajo que se quiso hacer en beneficio de muchos, requiere también de experiencia, preparación y técnicas que no siempre son del dominio general.

Moisés Castillo