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Noche Digna se puso con un día entretenido

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Llega el "18" y las familias comienzan a realizar los preparativos para que no falte nada en estas celebraciones de Fiestas Patrias. Y lo primero en la lista de compras son los cortes parrilleros, un buen vino y las infaltables empanadas, entre otros elementos que no pueden faltar.

Sin duda, estas fechas son sinónimo de viajes y reuniones familiares, pero no todos tienen ese privilegio de tener a toda la familia reunida para conversar junto a una parrilla. Es el caso de Juan Carlos Arévalo, un talquino de 60 años, que después de su divorcio terminó viviendo en la calle hasta que fue derivado al programa Noche Digna del Ministerio de Desarrollo Social.

Una vez instalado en la casa donde pernoctan otras personas que tienen su misma condición, Juan Carlos, participó en diferentes talleres de apoyo que dictan en la casa Noche Digna.

"Yo llegue a Arica el año 75 junto a los militares, pero me comí una guayaba, por eso me quedé aquí, donde me casé, tuve hijos y me divorcié; ahora ellos están en Santiago y yo me quedé aquí solo", recordó.

Juan Carlos lleva un año y medio pernoctando en Noche Digna, donde ha conocido casos de abandono y falta de oportunidades. Quizás por esas experiencias vividas y falta de cariño, es que todas las personas que pernoctan en Noche Digna comparten como si fueran un verdadera gran familia.

En la casa Noche Digna no solo pernoctan, sino que también reciben alimentación y otras atenciones. Incluso forman parte en diferentes actividades recreativas y una de ellas es la celebración de Fiestas Patrias, que este año se realizó en un predio agrícola.

Los encargados de Noche Digna reunieron a todas las personas beneficiarias del programa para celebrar las Fiestas Patrias en Lluta, donde pudieron disfrutar de diferentes juegos típicos chilenos, como carrera de ensacados, la posta y otros. Todo esto mientras algunos alistaban la parrilla.

El ambiente era muy festivo y las familias, adultos mayores y extranjeros que son acogidos por el Centro de Día y Noche Digna compartieron entre ellos algunas experiencias de vida, algunos tiraron la talla y otros se entusiasmaron con el paisaje y los juegos típicos chilenos.

Mientras todo eso ocurre, Juan Carlos está sentado en un rincón, algo nostálgico, es como si su alma estuviera en otra parte, pero su cuerpo esta en medio de la celebración. Al preguntarle por el "18", Juan Carlos responde que estas fechas lo ponen algo pensativo, debido a que recuerda los momentos felices que pasó junto a sus hijos en Fiestas Patrias.

"Me da un poco de pena, pero se me pasa, porque aquí estoy bien, gracias a los tíos de Noche Digna. Ellos nos acogen y apoyan en todo, por eso pasamos una agradable tarde ", dijo.

A futuro, Juan Carlos tiene pensado regresar con su familia, que está en Constitución, esa es su meta. Mientras tanto, se está curando de una enfermedad, porque quiere estar en perfectas condiciones para viajar.

Cerca de la una de la tarde, todos se reúnen en la mesa para disfrutar de un rico asado, y mientras la música alegra el ambiente, todos comen y brindan por la patria. Y aunque no todos son chilenos, de igual forma celebraron muy alegres junto a sus compañeros.

Después del almuerzo, algunos toman un pequeña siesta, otros juegan y los más animados siguen preparando la parrilla. Los más pequeños corren y juegan alrededor de los adultos.

Después del almuerzo, todos recorrieron los alrededores del río.

"Este paisaje fue algo novedoso para algunas personas, sobre todo para los colombianos, porque ellos vienen de otras regiones muy diferentes a este valle", explicó Camilla Saldívar, de Noche Digna.

El clima de buena amistad y hermandad que hay entre todos tiene muy contentas a las personas que han venido a Chile en busca de una mejor vida para sus familias. Por ejemplo, Esperanza Rengifo vino desde Cali Colombia pidiendo refugio en Chile y a pesar de que es auxiliar de enfermería, aquí ha tenido que empezar desde cero.

"Me vine sola y fue difícil, porque no tenía donde llegar, hasta que me derivaron al Centro Día, donde me han acogido muy bien. Esta ayuda que me brindan no la entregan en ningún otro país, por eso felicito a Chile por esta ayuda que entregan a los que más necesitan", dijo Esperanza.

Hoy en día ella ya no está sola, la acompaña su esposo, un hijo y su pequeña nieta de dos años.

Al igual que Esperanza muchas de las personas acogidas solo quieren paz, trabajar honradamente y tener otra oportunidad. J