La brujería sigue vivita y coleando en el Chiloé 2.0
Historias de brujos hay por montones en Chile y todo el mundo, pero en Chiloé es cosa habitual y aún perduran como parte de una cultura viva que se niega a desaparecer. Pese a los embates de la modernidad y a transformaciones como las instalaciones de un mall, un casino de juego y un aeropuerto, además de la próxima construcción del puente colgante más largo de Sudamérica, la brujería sigue resistiendo en el nuevo Chiloé 2.0.
Poco famosa por el conocimiento popular chileno es la historia de la Recta Provincia, y el episodio no tan lejano del proceso judicial, policial y político a los brujos de Chiloé, registrado ampliamente en la prensa de la época y cuyos archivos se perdieron en un incendio.
El hecho concreto es que entre los años 1880 y 1881 hubo un proceso formal contra los brujos de esta zona, liderado por el entonces intendente Martiniano Rodríguez, quien persiguió policialmente a los integrantes de esta organización a través de todo el archipiélago, donde esta sociedad secreta fue vista como una amenaza por la autoridad.
Dentro de este escenario, los archivos y la historia oral absolutamente presente y palpable en las zonas más rurales de la provincia y en menor medida en las urbanas, se recuerdan nombres de los procesados de esos tiempos, entre ellos el mítico "Brujo Zapata".
Este último realmente no tenía ese apellido y se especula que haya sido Quinchén. Tal como otros "hechiceros", denominados así por la autoridad de la época, Zapata habría sido atrapado junto a los últimos brujos enjuiciados en Chiloé, en 1881, en el sector de Quicaví.
Pese a que prácticamente nadie desconoce en Quicaví la historia de la Mayoría y de Zapata, al mismo tiempo son muy pocos, por no decir casi ninguno, que se atreven a hablar del tema, casi un verdadero tabú en el sector, donde al poco preguntar desvían el tema o te dan con las puertas en las narices.
"Estaba la Mayoría o la Casa Grande, como le llama la gente, y entre esos brujos famosos estaba Zapata", cuenta Carlos Nancuante, profesor de la Escuela Aquelarre, ubicada en la misma localidad de la comuna de Quemchi, y quien se ha encargado de estudiar el tema.
A la Casa Grande, el docente se refiere a la asamblea que gobernaba la Recta Provincia, donde sus reyes y comandantes (como se definían entre ellos) planeaban sus acciones, que iban desde la resistencia a los invasores chilenos y españoles, como también a poner orden entre los propios brujos, aplicando la justicia incluso con la muerte a quienes se desviaban de los lineamientos que los regían.
Zapata era uno de ellos, de los que regían esta cofradía que a esa fecha ya sumaba cerca de un siglo desde su creación. La aprehensión del mentado hechicero se habría producido en una de las redadas de la policía a una de las tantas cuevas que usaban los integrantes de la sociedad secreta en la provincia, en este caso de la Casa Grande, que habría estado ubicada entre Quicaví y Tenaún.
"Sorpresivamente llegaron los policías de Ancud y los encontraron que estaban reunidos en una de sus asambleas habituales, donde planeaban hechicerías a la invasión española, porque en el fondo lo que perseguía la Recta Provincia era formar una organización ilícita para hacer frente a los conquistadores de Chiloé", detalla la fuente.
guerrilla mística
Ya en este contexto, se sitúa a la Recta Provincia como una organización reivindicatoria de los derechos indígenas de la zona; un grupo revolucionario, que cual guerrilla mística combatía en contra de españoles y chilenos usando como armas sus hechizos y encantamientos, y en la que Zapata habría sido uno de sus líderes.
Los carabineros tenían la orden de matar a los brujos y a los que no, llevarlos hasta Ancud para ser enjuiciados. Zapata fue de estos últimos, quienes fueron conducidos encadenados por la playa de Quicaví, hasta unos roqueríos, donde fueron amarrados y fusilados, luego de hacerles elegir entre reconocer su condición de brujos o morir.
Zapata fue el último en elegir y se negó a reconocer su condición de nigromante, a lo que los policías le habrían ajusticiado en ese mismo lugar que algunos de los lugareños todavía identifican, luego que la historia fuera pasando de boca en boca y de generación en generación.
"Algunos sostienen que no fue así y que Zapata sí declaró que era brujo y que lo hicieron volar, elevándose más arriba del antiguo campanario de la iglesia de Quicaví, en ese tiempo de unos 40 metros, y en el aire le dispararon", comenta Nancuante.
El caso es que, sea cual haya sido la muerte del famoso hechicero, este habría sido enterrado en el cementerio de esta localidad de la comuna de Quemchi, frente a donde se ubica la iglesia del poblado y muchos hay quienes dicen saber el punto exacto donde yacen sus restos.
Como medida precautoria, para evitar que con sus artes resucitara y escapara, los carabineros encadenaron a Zapata. "Al sepultarlo y evitar que los brujos lo sacaran, ayudados de yuntas de bueyes hicieron llegar una piedra grande y la pusieron encima", relata el profesor de la Escuela Aquelarre, advirtiendo que "la gente cuenta que pese a toda la custodia policial, los compañeros del brujo lograron sacarlo".
Ahora nadie sabe a ciencia cierta si siguen en el camposanto los restos del poderoso hechicero. Unos dicen que sí, pero hay quienes afirman que otros nigromantes lo exhumaron siguiendo uno de sus principios para ordenarse brujos, cual es el de renunciar al bautismo. Como es un cementerio cristiano y los carabineros a la fuerza habrían hecho que se sepultara en ese lugar, por eso se lo llevaron. Al visitar el cementerio de Quicaví, con apenas unas cuantas tumbas, llama la atención que varias de ellas tienen estructuras de color negro y yacen en el absoluto abandono. Vecinos del lugar, sin entrar mucho en detalles, revelan que estas son contemporáneas al proceso a los brujos de Chiloé y que habrían pertenecido a varios de ellos.
Para evitar la persecución policial y el escarnio público por ser familiares de hechiceros, es que los deudos de los allí enterrados dejaron de visitar sus restos, perdiéndose en el tiempo tanto sus líneas genealógicas como también esa parte de la historia que representa uno de los períodos más oscuros de la tradición chilota.
De acuerdo a una de las teorías que sustentan quienes han recibido de forma oral el testimonio de sus antepasados acerca de los hechos en que se recuerda a la Recta Provincia, Zapata habría sido descendiente de la mujer iniciadora de la organización secreta, quien era conocida como "La Chilpila".
La chilpila
La Chilpila se habría enfrentado a José de Moraleda, un español que además de cartógrafo que recorría las costas del sur, era brujo y así se presentó frente a los indígenas del sector de Quetalco. En un duelo entre hechiceros, esta mujer de apellido Quinchén salió victoriosa y como premio el europeo le entregó un libro de brujería, con los secretos de quienes cultivaban estas artes en el antiguo continente.
Este texto habría pasado de generación en generación, entre sus descendientes y habría sido enterrado con el propio Zapata, a quien los policías que lo ajusticiaron habrían abrazado y encadenado, antes de sellar con una pesada roca su tumba, ubicada casi en el centro del cementerio de Quicaví, sin nombre y cubierta por la vegetación.
Varios estudiosos, inclusive de tierras tan lejanas como España, han viajado hasta el sector en busca de los misterios de la Recta Provincia, la cueva de los brujos, Zapata y el libro de hechicería regalado por Moraleda a la Chilpila, sin embargo, ninguno ha dado con mayor éxito. Todo lo contrario, y por efecto de la sugestión u otros factores han sufrido misteriosos percances, que van desde los accidentes hasta enfermedades misteriosas que los han tenido al borde de la muerte e incluso raras fallas en artefactos de registro electrónico. Si bien entre investigadores el nombre de la Recta Provincia es recurrente en lo que respecta a la historia de Chiloé, no son pocos quienes aseguran que esta organización nunca murió y simplemente se replegó hacia puntos más alejados del Archipiélago, sobre todo en las islas Chauques, desde donde hace algunos años se estaría reorganizando e incluso algunos más avezados hablan de una expansión de la cofradía a gran parte del territorio chileno e incluso a algunos lugares J