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Ex convicto se rehabilitó gracias a la minería

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Iván Rivera de 45 años cuenta con orgullo que hoy es un ex preso rehabilitado; sus 15 años al sol y lejos de la sombra de los barrotes lo hacen tener sus antecedentes limpios para cualquier trabajo legal.

El 'Pelao' como lo conocen sus amigos nació en la villa Chapiquiña de Arica y fue en aquel sector donde conoció a la persona que le mostró los boletos hacia la delincuencia.

Rivera reconoce que viene de una buena familia y de 'gil' se fue metiendo en el hamponaje local; "yo tenía 23 años y era piola; si mi vieja tenía locales comerciales y arrendaba propiedades, no pasábamos necesidades, pero en Chapiquiña conocí una loquita que vivía donde vendían pasta base y hasta esa casa llegaban puros ladrones, y todo el día hablaban de robos y choreza, entonces se me empezó a pegar la moda y me eché a perder de gil".

Iván ya lleva 15 años sin tener problemas con la justicia y explica que "al ladrón en este país se le estigmatiza mucho, de hecho luego de estar en prisión cuesta un mundo reinsertarse a la vida laboral, porque si ven tus antecedentes sucios nadie se atreve a darte trabajo; yo, gracias a Dios y mi madre, tuve muy buenos amigos en la infancia, fui a buenos colegios y eso me permitió generar las redes que me dieron la mano una vez en la calle".

Robos, hurtos, descuidos y "mexicanas" a famosos traficantes locales eran parte de la rutina de Rivera hace 15 años, pero todo eso lo cambió por el trabajo honrado en la minería.

"Robábamos bueno y choreábamos para el día, porque al final las especies las vendíamos por una mierda de plata para tirarnos cagadas, pero tanto robar me hizo caer preso y no me gustó lo que se vive tras los barrotes; estuve 18 meses privado de libertad y eso me hizo cambiar el destino de mi vida", explicó el 'Pelao'.

Luego de haber pasado más de un año y medio en prisión Rivera habló con su amigo de infancia Jorge González y "él me dio la oportunidad de irme a las minas, pero antes me puso cualquier traba debido a mi pasado canero, nadie me quería dar pega en el 2001 y seguía delinquiendo. La cuestión es que creyó en mí y me llevó a Escondida. Cuando recibí mi primer sueldo me puse feliz ya que era la primera vez que recibía plata por trabajar".

Agregó que "entré ganando 356 mil pesos y en la última faena que estuve el año pasado recibía 1 millón trescientos de sueldo; comencé como ayudante y terminé como capataz, así que estoy súper agradecido con mi reinserción y creciemiento".

"Aunque sé que yo soy uno de miles, porque es difícil que los empresarios confíen en un ex preso porque las policías y la sociedad siempre piensan que uno nunca cambia, sobre todo cuando ganas dinero; por ejemplo yo cambié, asisto a una iglesia evangélica y me gano la plata honradamente, pero todavía los pacos (sic)me miran con cara de dónde sacaste esa plata".

Hoy ya rehabilitado Rivera cada año se viste de viejo pascuero y reparte dulces en la navidades a todos los niños del sector conocido como 'Pueblo Hundido' y, "es que una vez salimos junto a mi hijo a recoger dulces y no agarró nada, así que de esa vez me prometí entregarle dulces a todos lo niños que pueda para cada Navidad". J