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7 primeros segundos son claves para enamorarse

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Siete segundos. Apenas setecientas centésimas de segundo. Lo mismo que usted se demora en caminar 10 o 12 pasos o decir aproximadamente 19 palabras. En ese tiempo, asegura un estudio realizado por la reputada coach Carol Kinsey Goman, dos personas pueden caer en un estado de tránsito amoroso. O al menos sentar las bases para rebozar amor.

Es la famosa primera impresión. Esa frase cliché que dice que sí existe el amor a primera vista. Lo comprueba estudios empíricos en que se develó que en el primer encuentro el cerebro elabora una serie de análisis sobre su interlocutor: descubre, por ejemplo, si la persona resulta confiable o si es empática. Son, claro está, prejuicios. Pero que a la larga resultan decidores o muy difíciles de superar.

"En el momento en que te mira un desconocido, su cerebro comienza a trabajar creando miles de asociaciones para preguntarse si eres un tipo de fiar o, por el contrario, debe recelar de ti", dice Carol Kinsey.

El concepto que estudia este fenómeno es "relatedness", que es traducido al español como "el grado de pertenencia a un grupo social". El modelo, publica el diario El País, fue desarrollado por el neurólogo David Rock. El perito en mentes explica que a través de un simple apretón de manos o un beso en la mejilla el cerebro produce oxitocina (hormona vinculada a la confianza y el amor), afianzando, así, la conexión con el extraño. "Nada más conocer a alguien, esto es lo que buscamos: saber si es o no de los nuestros", explica Rock.

La ciencia dice que caer bien dependerá, en gran medida, de bajar las defensas del otro desde un comienzo. La frase "cuando te ríes me derrito" es, asumimos, cierta.

Una vez superada esta primera impresión, eso sí, es necesario fortalecerla con una conversación e intercambio de ideas. J

Niños prematuros suelen ser adultos más retraídos

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Se trató siempre de una mera especulación pero hace algunos días un estudio de la Universidad de Warwick, Reino Unido, lo confirmó: existe una relación directa entre ser prematuro y tener una personalidad retraída. La investigación incluyó a 200 adultos que nacieron de forma prematura o con muy bajo peso, entre 1985 y 1986. A ellos se les comparó con la misma cantidad de adultos, pero nacidos en condiciones normales. Y el resultado fue claro: quienes lo hicieron de forma prematura tienen un mucho mayor riesgo de tener una personalidad retraída como adultos. J

Rechazo a alimentos nuevos genera ansiedad

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El fenómeno lleva por nombre neofobia y consiste en el rechazo a probar alimentos nuevos. Es una actitud que se origina en la infancia y que, de no ser corregida tiempo, es probable que se extienda a lo largo de toda la vida.

Y sus consecuencias, explica un estudio de la Universidad del País Vasco, pueden ir desde un desorden alimenticio hasta cambios en el estado de ánimo. Una encuesta realizada a 841 estudiantes de entre 8 y 16 años, arrojó que los niños neofóbicos son significativamente más ansiosos que los neofílicos, como se conocen a los menores que les gusta comer de todo. J