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Y aquel amor a primera vista ya cumplió 60 años

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Hacia 1955, dicen los libros, Arica tenía cerca de 30 mil habitantes, pero la historia la hacen las personas y la gente que siempre ha creído en esta ciudad, en las buenas y en las malas.

Es el caso del matrimonio de ariqueños netos conformado por Oscar Núñez Alvarez y Georgina Flores Richards, que acaban de cumplir nada menos que ¡60 años! de casados.

Ellos se conocieron en uno de los barrios céntricos más lleno de historia cultural, deportiva y artística, como es el sector de calles Maipú con Blanco Encalada.

En esos años eran comunes las llamadas fiestas de la primavera, donde los jóvenes liceanos rivalizaban por conseguir votos para sus respectivas candidaturas a reina.

Y otra de las infaltables festividades era la celebración del carnaval, que por esos años se teñía de inocencia y sólo había agua, harina de color y sobre todo mucha alegría, sin los desbordes que hoy se conocen.

Según cuenta la feliz pareja, que celebró sus bodas de diamante, fue en un carnaval en el barrio de Maipú, que Georgina le tiró harina a Oscar y ahí quedaron flechados con un verdadero amor a primera vista.

No pasó mucho para que decidieran unir sus vidas para siempre y en 1955 se casaron en la iglesia San Marcos, donde posteriormente renovaron sus votos con motivo de sus bodas de oro, y ahora conmemoran las de diamante.

El dueño de hogar, Oscar Núñez, se instaló en un local comercial llamado "Tienda y calzados Shodek" junto a otros negocios muy conocidos en la floreciente época del Puerto Libre y posterior Junta de Adelanto.

La casa reparadora de calzados "El Gallo", tiendas Piroshka, el Pollo Loco, la botillería La Viñita, entre otros locales, fueron parte del paisaje cotidiano del matrimonio.

Calles por donde ya deambulaban los personajes característicos de la ciudad, según recuerdan.

Oscar Núñez, en años del Puerto Libre, se desempeñó, además, como vendedor en tiendas tales como Ferreccio-Soto y Cía e importadora Plutex.

En el ámbito deportivo, perteneció a las filas del club Centro Arica, con quienes se coronó campeón de la liga local el año 1958.

Ariqueños de siempre, recuerdan que "los límites de Arica eran al norte con el Cementerio General; al este el Hogar del Niño (actual U. Santo Tomás); y al sur el Morro de Arica, y teníamos que caminar para llegar al balneario La Lisera".

También, mencionan que "fuimos testigos de la construcción del puerto de Arica, la unión de la isla del Alacrán al continente y las innumerables obras realizadas por la Junta de Adelanto de Arica".

Con cariño y afecto, recuerdan a las familias que han sido parte importante de su crecimiento y por nombrar algunas están los Martínez- Olaechea, Acuña- Cano, y Ríos - Arriagada.

A su vez, se muestran "felices de haber nacido en esta noble tierra y ser partícipes y testigos del crecimiento y desarrollo de este Arica querido".

Su descendencia,( Nani, Lito y Jessica), se educaron en los colegios San Marcos y Santa Ana, y crecieron en esta ciudad hasta hoy, uniéndose en matrimonio a las familias Valenzuela, Mora y Aragón. J