La guardiana del maíz ancestral de Socoroma
En la colorida plaza de Socoroma, donde en sus jardines la flor más bonita es la de tumbo, se respira tranquilidad. Es pleno invierno, pero desde temprano los rayos de sol iluminan al pueblo que es abrazado por cerros en medio de la quebrada de Huaylillas; el clima es seco, pero agradable, el frío sólo aparece al caer la noche.
Adelaida Marca Gutiérrez es una socoromeña apasionada por su cultura aymara. A sus 55 años es agricultora, custodia semillas ancestrales, trabaja como obrera en la creación de un centro cultural en el pueblo, tiene un emprendimiento de agroturismo y es agricultora de orégano, tumbo, rocoto, zapallo y de lo que ponga en su chacra o huerto, porque según comentó, "lo que uno ponga a cultivar acá se da".
Aún agitada por traer piedras desde el cerro, mientras apaga su radio a pilas, Adelaida explicó que ha participado en ferias en Santiago como la Ñam 2013 y Ñam 2014.
"He ido para mostrar lo que se cultiva en Socoroma, pero también he preparado cóctel andino que es en pequeñas cantidades lo que nosotros consumimos como maíz tostado, jugo de tumbo y de tuna, el tumbo sour y el tuna sour, maíz cocido, queque de maíz, sopaipilla con maíz y queso. Toda preparación que lleva harina se puede hacer con maíz agregándole el 50% porque el sabor es fuerte; no se puede agregar solo porque tiende a separarse del resto de los ingredientes, debe echarse con harina", explicó.
En 2008 Adelaida se incorporó al Instituto de
Desarrollo Agropecuario (Indap) y el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Inia) y uno de los profesionales de este último servicio público la incentivó a comenzar con la agricultura enseñándole la parte técnica.
"Primero empezamos por el orégano y cómo aprovechar bien el agua, ya que es escasa. Era difícil hacer un riego tendido y por goteo es demasiado tecnificado para la zona, pero el orégano necesita harta agua así que puse surcos", explicó Adelaida. Cuando se dio esta posibilidad Adelaida debía escoger entre cultivar maíz y papa, inclinándose por el maíz, ya que es uno de los productos que más le gusta y porque considera que con la papa se debe realizar un trabajo muy pesado para una mujer sola, "además no me gusta la papa".
De las variedades de maíces de la zona, en Socoroma se concentran los dulces, y de ellos lograron recolectar 7 variedades: "el puko, el blanco, el aphi, taruja, milico, matizado y Ch'irpi. Todos tienen colores diferentes.
También se desempeña en un centro de la Fundación Altiplano enfocado en la puesta en valor del patrimonio de la zona y su vida transcurre alegre entre el maíz y la tranquil idad de su querida Socoroma. J