Conocido por sus amigos y colegas como "el Mono", Juan García entró a las historias de alta mar de la Caleta Riquelme de Iquique, luego de ganar una dura pelea frente a un tiburón, cerca del sector de Punta y Piedra. Como todos los días, él salió con la esperanza de poder pescar algo más que un resfrío, para poder obtener dinero y mantener a su familia.

Cuando el sol se escondía, "el Mono" se colocó su indumentaria, con los anzuelos preparados, carnadas listas y cuchillos afilados y tomó su bote para dirigirse a mar abierto.

EL ENCUENTRO

Mientras unos salían de sus respectivas jornadas de trabajo, "Mono" se armaba de paciencia y trataba de mantener quieto el bote para que los peces se pudieran acercar y nadar tranquilamente.

Fue así, como de un momento a otro, comenzó a "picar". Con mucha fuerza debió combatir con una corvina que se alimentaba de su carnada. Al ver al pescado, "Mono" sabía que no podía dejar pasar la oportunidad y con toda su fuerza lanzó al animal arriba del bote.

Con el pecho en alto y con la sensación de haber cumplido el iquiqueño iba a tomar rumbo de regreso hacia la tierra de campeones, sin embargo, el bote comenzaba a temblar, y en un pestañeo el buzo se vio envuelto en un lío de aquellos, luego que la corvina, no era solamente la presa del mariscador, sino también de un tiburón Mako.

Con sus afilados dientes y velocidad en el agua, el tiburón alcanzó a morder la cola de la corvina, para nuevamente meterla al mar, no obstante la tranquilidad y experiencia que demostró el "Mono" en ese momento fue superior.

VUELVE AL ATAQUE

El primer round lo había ganado el ser humano, sin embargo, el hambre, la furia y el orgullo lastimado fueron más fuerte, por lo que el tiburón volvió a enfrentar al hombre y en un segundo intento, Juan García logró someter la violencia del Mako, transformándolo en un trofeo y que posteriormente fuera colgado a la vista de todos sus colegas y personas que temprano llegaron a la Caleta Riquelme.

El buzo mariscador reconoció que no es común ver este tipos de tiburones tan cerca de la costa, pero aún así el miedo en enfrentarlo nunca existió.

"Estoy acostumbrado en verlos y cazarlos, un poco más adentro del mar eso sí", dijo García.

Asimismo, el valiente hombre de mar, comentó que la historia del buzo mariscador que domó a uno de los depredadores más peligrosos y violentos del mar, será una historia familiar y que debiera de pasar en ella por generaciones. J