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El pueblo de La Tirana se prepara para la fiesta

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A poco más de tres días de la celebración que festeja a la Virgen del Carmen en La Tirana, la vida en el pueblo ubicado en la comuna de Pozo Almonte en medio de la Pampa del Tamarugal, se mantiene normal en su cotidianidad.

Eso sí, esa sensación latente de que algo está por suceder, puede observarse en todas partes y no sólo salta a la vista para quienes son de la región y conocen lo que ocurre los días previos y posteriores al 16 de julio.

Alrededor de la plaza donde se ubica el santuario se pueden observar negocios de todo tipo. Uno de ellos, el de una cocinería que aún no tiene nombre, aunque las opciones son "Los Chorizos" o "Los Magníficos".

Sus encargados martillan letreros con ofertas de todo tipo, como papas fritas, pollo asado, pichangas, choripanes y otras comidas calientes. Aunque la especialidad de la casa son los yoguis, una preparación que consiste en vienesa envuelta en masa.

Lorena Calle viene de Arica y es su primera vez en la fiesta. "Nunca había venido. Me llevaron a ver la Virgen y es hermosísima. Quedé muy emocionada. Por lo que me han contado, esta es una fiesta en grande. Nos estamos preparando para vender yoguis tradicional. Para ser mi primera vez, ha sido emocionante", dice Lorena.

Junto a ella trabaja Luz Méndez, quien, al contrario, ha participado en otras ocasiones, aunque la última vez que estuvo en la celebración fue a finales del siglo pasado. En 1999.

A un costado del local, justo frente al Santuario, se ubica una ferretería, donde reconocen que los elementos de construcción adquieren una mayor importancia al acercarse las fiestas.

Muchos pasajeros y visitantes del pueblo, tienen sus casas abandonadas durante todo el año y recién se encargan de su refaccionamiento cuando va llegando el día 16 del séptimo mes del año, ocasión en que se celebra a las Carmen.

El vendedor del local ferretero, Juan Carlos Vega es de Iquique y trabaja durante la temporada. Asegura que los arreglos en las viviendas, comienzan dos meses antes. Entre mayo y junio las ventas crecen considerablemente.

"Como acá las casas no son muy sólidas y siempre por estas fechas vienen familias con niños, se lleva harto palo, clavo, cholguán, maciza, cosa de tapar sus casas y techos, sobretodo por la lluvia que nos afectó ahora último en el sector de la pampa. También compran tubos, cañerías, pegamento. Son quince días fuerte. Los bailes empiezan a entrar el 8, así que días antes la gente ya está arreglando sus casas. Llevan harta malla, nylon, mangueras, llaves, huinchas", enumera.

FESTEJOS

La mayor parte del año, La Tirana es un pueblo tranquilo como muchos otros de la provincia de El Tamarugal. Si bien no faltan los turistas que visitan el santuario y se detienen en el pueblo como paso para llegar a otras localidades, el resto de la población realiza normalmente su doméstico diario vivir.

Es el caso de Ian Ibacache, Dennisse Guerra y Evelyn Díaz. Los jóvenes viven en el poblado y reconocen la importancia que tiene la celebración para hacer un alto en sus tareas diarias.

"Va llegando más gente. Empiezan a abrir los negocios. Eso es mucho mejor para nosotros, porque acá es re fome. La plaza es el único lugar para entretenerse... y las casas de los amigos", cuentan riendo. Sobre los principales puntos de diversión durante la fiesta, cuentan que los mejores están en las ferias y en el cementerio. "No adentro. Afuera", aclaran rápidamente. A un costado del camposanto se hace una fiesta con música y baile, cuentan.

Pero no todos piensan en divertirse al interior del pueblo. Víctor Ramírez llegó a la comunidad para ayudar a su padre Ramón Ramírez con el puesto de ventas de una carnicería, donde esperan vender carnes rojas, pollo, cecinas, mantequilla, queso y vienesas, así como abarrotes y útiles de aseo.

La fiesta de la Virgen también afina sus últimos detalles. Mientras algunos lijan la puerta del Santuario y barren el campanario, otros pintan las cruces que comienzan en Pozo Almonte y dan la bienvenida a La Tirana. J