Son las horas previas al duelo Chile y Ecuador, el inicio de lo que será una verdadera fiesta deportiva como lo es la Copa América.

La hora se hace precisa para recorrer las calles de la ciudad en busca de un bar con tradición futbolera, pues en un par de horas más se vivirá una locura, con decenas de hinchas gritando mientras beben sus cervezas.

En calle Maipú, antes de llegar a Patricio Lynch, se encuentra "La Vallenarina", un local que desde hace 44 años atiende a los ariqueños mientras festejan o lloran por los resultados deportivos.

Su dueña es Soledad Salazar, una dama nacida y criada en nuestra ciudad y que heredó el negocio de sus padres, quienes emigraron a finales de la década del 60' a nuestras tierras desde Vallenar.

Si hay alguien que sabe de fútbol es la familia dueña de "La Vallenarina". Desde el 17 de septiembre de 1970 que sirve pitchers y shops a clientes que saben que al sentarse en la barra, tienen la opción de ver los más importantes partidos en el mundo.

"Hemos ido realizando cambios, modificando cosas, rejuveneciendo el local. Este año llegaremos a los 45 años, han pasado tantos clientes y han pasado tantas historias bonitas como tristes", relata doña Soledad.

- Uy, sí. Muchos la sufrimos. El año pasado celebramos tanto como lloramos. Son cosas de la vida.

- Claro, ahí quedamos todos bajoneados. Antes de eso era pura alegría. Estaba repleto el local, como siempre para los partidos tanto nacionales como internacionales. Incluso, muchos clientes dejan reservado porque no hay espacio.

HINCHAS DEL FÚTBOL

Soledad nos cuenta que en el negocio pareciera no existir rivalidad. Muchas veces se han topado fanáticos de la Universidad de Chile y Colo Colo, en clásicos que increíblemente no terminan a golpes, sino en risas.

"Siempre ha ganado el mejor. El cliente lo sabe así. Aquí comparten, no hay colores destinados. Por ejemple, cuando juegan Chile y Perú; Chile y Bolivia, aquí se reúnen todos y no hay peleas".

Claro. Como en cualquier otro local, los efectos del alcohol han generado más de un conflicto. Sin embargo, Soledad, en compañía de su hijo Cristián, echan a los problemáticos y los vetan por siempre.

TODO DEPORTES

Y no solo de fútbol vive el hombre. Las noches del viernes se respira boxeo y en el mejor momento del tenis nacional, Massu y González eran el plato principal en La Vallenarina.

- Al comienzo empezaron mis papás con una radio. Luego vino un televisor chiquitito, que fue cambiando con los años.

Hoy, con una tele LED, la fiel clientela y los "casuales" ven hasta en HD partidos como la final de la Champions League o la Copa América que ahora se juega.

- Se ve muy poco ambiente. De hecho, estuve en Santiago hace poco, en La Serena y era igual. Se va a jugar allá y todo era como relajado, los locales estaban normales, todo tranquilo, no existía una euforia.

- Muy distinto, la gente adornaba, estaban metidos. Algo está pasando, la gente no tiene como muchas expectativas con salir campeón. En Brasil nos agrandamos mucho, pero creo que con todo lo que ha pasado en el país, la gente está bajoneada.