Si la memoria no le falla o le gusta informarse por los canales oficiales, recordará que la madrugada del 15 de noviembre de 2013, una bala loca terminó con la vida de una estudiante de la carrera de Técnico en Enfermería a Nivel Superior del CFT en la Tarapacá Oriente, minutos antes de que llegara a su domicilio.
Precisamente esa bala loca fue la que relacionaron con un joven de entonces 17 años, quien fue el único sospechoso del homicidio de Yessenia Francisca Caica Rojas (20), por lo que fue formalizado y quedó privado de libertad.
Pero como los tiempos cambian, la tarde del miércoles, el mismo sospechoso (de ahora 19 años) fue nuevamente parte de un procedimiento policial, al ser detenido con un acompañante en el lecho seco del Río San José, luego de que huyeran de Carabineros, chocaran el vehículo en el que iban y les fueran incautadas una pistola calibre 22 y un arma cortopunzante artesanal de 65 centímetros.
Según el parte policial, el procedimiento se gestó luego de que una patrulla motorizada de la Primera Comisaría se percatara del zigzagueo de un vehículo, al que intentaron seguir por calle Conrado Ríos, hasta que chocaron.
A pesar de que andaban armados, ambos ocupantes corrieron por el lecho seco del Río San José, donde a pesar de los más de 5 kilos de entre casco, chaleco antibalas y pistolas, los uniformados redujeron a los sospechosos, siendo uno de ellos E. I.F.A., el mismo involucrado con la historia de la futura enfermera fallecida en noviembre de 2013.
Tras ser formalizados, tanto el joven de 19 años, como su acompañante, G. J.S.C. (24) fueron formalizados, quedando el primero con arresto domiciliario y el segundo en prisión preventiva. J