Cuidados para un rostro de la ciudad
El rostro, la cara, es probablemente lo primero que una persona observa de otra cuando la conoce o se acerca a ella. De las ciudades, también se dice que tienen rostro y sin duda, preocupa la cara que proyecta, la bienvenida que dan a quienes las visitan o regresan.
De esta manera, por ejemplo, se habla del estado en el que se pueden encontrar los accesos a Arica, tanto en el norte, en el límite con Perú, como también hacia el suroriente, cuando se llega desde el resto del país.
No sólo cuenta la belleza urbana que puedan presentar los accesos, sino que también el estado de limpieza en que se encuentran, lo que comunican respecto a la ciudad, sus vecinos, autoridades e instituciones.
Pero los rostros con que Arica recibe a sus visitantes no son sólo sus accesos. También lo es el terminal rodoviario, que es donde miles de visitantes ponen sus pies por primera vez en esta tierra. Respecto a este complejo, un grupo de concejales de Arica formuló críticas ante su estado de conservación, por problemas que son evidentes.
Las malas condiciones de la losa, con el mantenimiento y el orden, con algunos servicios, espacios y comodidad para pasajeros, son falencias que asoman sin mayor análisis y que recrudecen cuando el terminal debe enfrentar fechas como vacaciones, fiestas o fines de semana largos.
En este sentido, otro aspecto digno de analizar es el rodoviario y su entorno, el impacto vial que genera y cómo se resuelve este mismo desafío. Según los concejales, normalmente unos 80 buses al día circulan por el sector, los que pagan un derecho de uso de losa, al igual que lo hacen los peatones, pasajeros o acompañantes, que ingresen a los andenes.
Más allá de los aspectos legales y compromisos contractuales que puedan existir respecto al funcionamiento del terminal de buses ariqueños, lo que está en juego es la imagen de la ciudad. Todo esfuerzo vale para hacer que el funcionamiento del rodoviario no sólo sea eficiente, sino que además, con una imagen digna de nuestra ciudad.