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La ciencia sabe cómo identificar un hipster ¡Cuidado! Ver mucha pornografía lo deja tonto

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l El juego se llama Hipster Wars, fue desarrollado por la Universidad de Carolina del Norte, y consiste en seleccionar entre dos personas a quién tiene el aspecto más hipster. Y los resultados, dicen los psicólogos, son decidores: es posible determinar científicamente si una persona es hipster o no. Y algunos de los indicadores son los siguientes: usan blujeans y chaquetas ajustadas; prefieren los colores brillantes; gustan de bototos; y abusan de accesorios. Además, determina la ciencia, los hispters, en un instinto cavernícola, luchan contra otros machos en su objetivo de hacerse con la hembra. J

l 64 hombres saludables y con un nivel considerable de vigorosidad, entre 21 y 45 años, respondieron un cuestionario muy serio sobre el tiempo que dedicaban a ver videos pornográficos. El promedio, indicó el estudio del centro de investigación Max Planck de Berlín, fue de cuatro horas. Además, se les realizó una serie de tomografías para observar el volumen y reacción del cerebro durante el visionado. Y el resultado fue desolador: mientras más porno, más disminuye la estructura nerviosa de la corteza cerebral. Por el contrario, mientras más sexo real, más se desarrolla el cerebro. J

El racismo y machismo se pueden borrar del cerebro

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Un grupo de reputados psicólogos estadounidenses, en un anuncio sumamente alentador, aseguraron que descubrieron un método infalible para modificar la percepción humana sobre las mujeres y los hombres de raza negra, y conseguir, así, reducir los índices de racismo y machismo en la sociedad.

Lo hicieron, en una primera etapa, aplicando la prueba Test de Asociación Implícita (TAI) a 40 estudiantes. 20 de ellos fueron sometidos a imágenes de hombres y mujeres, todos blancos; mientras que los otros 20 a fotos personas blancas y negras. De forma instantánea, y casi sin pensar, los jóvenes debían asignarle un calificativo negativo o positivo a las imágenes que veían. Así, en una escala de 0 a 1, se logró determinar que el sesgo promedio era de 0,55. Luego, los mismos estudiantes fueron expuestos a las mismas fotos pero esta vez debían ponerle más atención y tomarse más tiempo. La idea era asignar calificativos positivos, y cuando acertaban escuchaban un sonido particular.

Acto seguido, los jóvenes tuvieron que dormir una siesta de 90 minutos, y cuando estaban en la fase más profunda de sueño, se les sometía al mismo sonido que escucharon antes. Esto con el objetivo de penetrar su subconsciente.

Cuando volvieron a realizar el primer test, luego de la siesta, los investigadores se encontraron con que el promedio del sesgo se redujo al 0,17%. "Lo llamamos reactivación dirigida de recuerdos, porque los sonidos reproducidos durante el sueño pueden mejorar la memoria para la información reforzada con estímulos", explicó Ken Paller, director del Programa de Neurociencia de Northwestern. Una semana más tarde los jóvenes fueron sometidos al mismo proceso y, sorprendentemente, el sesgo entre hombres y mujeres, y entre blancos y negros, bajó aún más. J