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Sankán renuncia al silencio y habla de sus años más difíciles

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Sin poder recuperar su libertad permanece el ex alcalde Waldo Sankán, quien actualmente está encerrado en su casa, ubicada en la Población San José, tras haber permanecido antes cerca de tres años recluido en la cárcel de Acha.

Desde que se inició en agosto del 2014 el juicio del denominado Caso Corrupción Municipal, el cual terminó a fines de enero de este año, siendo declarado culpable por los delitos de fraude al fisco y cohecho, había mantenido el mutismo. Durante todo ese tiempo, nunca quiso hablar de cómo fue su experiencia en el penal, pero a pocos días de conocer la sentencia, programada para el 2 de junio, rompió el silencio y accedió a una entrevista en la intimidad de su hogar.

Vestido con un pantalón blanco y una polera negra con letras de varios colores, aparece y se sienta en el living. Llama la atención que no hay muchos muebles y señala de la nada "me han embargado casi todo", luego toma un mate y se escucha de fondo una música del salsero Héctor Lavoe "Triste y Vacía", que se mantuvo durante toda la entrevista.

Si bien se mostró tranquilo, no soltaba de sus manos el mate y aunque siempre miraba de frente, se quebró en varias oportunidades, hasta el extremo que su voz tembló.

Primero señala que se demoró casi 10 años en cumplir el sueño de su vida, que era ser alcalde de Arica.

"De un día para otro estoy preso, esposado hasta los tobillos, con el característico chaleco amarillo y muchas veces humillado por algunos gendarmes, apúrate ladrón, gorriao, bastardo, me decían. En cambio, otros gendarmes más humanos, me daban un trato con mucho respeto"

- Tardé meses en darme cuenta que no era un sueño, que no era una pesadilla, despertaba en la noche y no estaba soñando, estaba en una celda, preso, encerrado solo, desde las 4 y media de la tarde, en el patio B-4.

- No lo sé, uno ve de todo, peleas con cuchillas, la sangre corriendo ya me era indiferente. Todo era complicado. Para poder bañarme tenía que llenar diariamente botellas y, además, me acostumbré a que allanaran día y noche mi celda, (…) "La venganza del pueblo", escuchaba decir a un cabo cuando me allanaba y yo me encontraba en un rincón, sin ropa, manos en la nuca, cabeza mirando al piso, era habitual a cualquier hora.

Conocí también la cárcel de Alto Hospicio, de hecho, tengo dos puntos arriba de la nariz como recuerdo de esa cárcel, estuve preso además un mes en la cárcel de Iquique, por el juicio que enfrenté en esa ciudad del cual salí inocente. Es decir, me sacaron del cargo de alcalde por una acusación que resultó ser falsa, así es la vida nomás.

- Me gané el cariño de la mayoría de los presos, que me conocieron como persona, vieron mi sufrimiento y el de mi familia, y a su vez yo conocí sus penas. Compartimos muchas horas tomando mate, nos subía el ánimo, éramos adictos al mate.

También jugaba fútbol todos los días y jugué mucho ajedrez. Le enseñé a varios internos, incluso hasta formé una academia en el penal. Me conseguí tableros en la escuela para poder enseñar. Había que mantener la mente ocupada, hice harto ejercicio físico y estudié mucho mi caso, tenía 120 archivadores en la celda, porque no me dejaban utilizar un computador, tuve que mandar a que me imprimieran todo.

- Tuve muchos castigos, porque me encontraban celulares. Algunos fueron justos y otros injustos. Estuve 50 días sin poder ver a mi familia y casi un año sin visitas íntimas. Perdí a mi pareja, me dejaron poco antes del juicio, era lógico, justo el apoyo que más necesitaba, fue desleal como muchos que se decían ser amigos fieles y nunca más los vi.

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- Cuando llegué me gritaban: "termina el Parque Acuático", luego me tomaron mucha confianza, papel que le llegaba a cualquier condenado, se acercaban a mí y me pedían consejos y cuando tenían que hacer un escrito, me pedían que se los hiciera. De hecho, cuando había clausura de campeonato, apostaban 10 mil pesos, el único que podía arbitrar era yo. A mí nunca me pegaron, me respetaban, aunque me equivocaba.

- Lo más duro fue cuando tus hijos tienen problemas y no puedes hacer nada. La frustración de no poder ayudar.

- Hoy estoy esperando la sentencia y espero recuperar mi libertad y comenzar nuevamente de cero. Todo lo que construí, porque las amistades, la alcaldía, la política, mis sueños y aspiraciones, ya no existen.

- De los 10 delitos por los cuales fui acusado, salí inocente de 8, no existía asociación ilícita, lavado de activos, etc. se demostró que no tengo un peso más que antes de ser alcalde. Sin embargo fui condenado a dos simples delitos según el Código Penal. Aunque insisto, nunca hablé con los concejales para que apoyaran a Jorge Frías, lo dijeron ellos mismos, pero como todo ciudadano, respeto la decisión judicial.

- Reconozco que el mayor error que cometí como alcalde fue ser confiado, entregar responsabilidades a gente que no debí entregárselas y creo que eso al final me pasó la cuenta. Creo que ese es el mayor aprendizaje que he tenido en la cárcel, a no ser más confiado y ver como uno a uno la mayoría de las personas que se decían mis amigos desaparecieron rápidamente.

- Algunos. Recuerdo que Fulvio Rossi fue una vez, el Coke Insulza, también me vino a ver desde Santiago, Orlando fue cuando ya no era diputado, Osvaldo Abdala fue una vez y desapareció y nunca más preguntó siquiera, si necesitaba algo.

- Se supone que era mi amigo del alma, pero así es la vida, hay gente que tiene habilidades para puro acomodarse y hacerse amigo de alguien por conveniencia. Cuando un amigo se cae se van para otro amigo que esté bien puesto para agarrar algo.

- Me declararon culpable por dos simples delitos. Podría haberlos pasado sin ser suspendido de alcalde y nunca haber conocido la cárcel. Estoy privado de libertad, sin ser condenado.

Es muy injusto, por los delitos que fui declarado culpable, siendo inocente. Pregunten a Elena Díaz y a Patricia Fernández, si alguna vez yo les pedí que apoyaran a Jorge Frías, le van a decir que no, porque nunca hable con ellas.

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- No lo sé, querían sacarme del cargo y de la política y lo lograron, esa es la sensación que me queda al final. No midieron el daño que le hicieron a mi familia, he visto envejecer a mi papá y es muy fuerte. (se toma la cara).

- Lamentablemente no pude hacer realidad el sueño del Parque Acuático, quizás esa es mi gran frustración. Fue dura la pelea para conseguir los fondos, lamentablemente la empresa que ejecutaba las obras tuvo problemas. Se podía haber salvado el proyecto y haberlo terminado… y en esa estábamos, hasta cuando el 23 de abril del 2012 fui detenido y llevado a la Cárcel de Acha. No entiendo aún por qué la gestión actual no terminó el proyecto. Ya han pasado varios años. Quiero aclarar que el juicio que acaba de terminar no fue sobre el Parque Acuático, no he sido formalizado por ningún cargo de ese proyecto.

- Sólo espero poder reconstruir mi vida, lejos de la política, curar mis heridas y las de mi familia, aún mi hijo mayor de vez en cuando se agarra a combos porque alguien le dice que su papá es ladrón, él me dice que está acostumbrado. Todo eso quiero reconstruir, soy ingeniero civil y me ganaré la vida creando plataformas tecnológicas en internet. Mi sitió web es conexcity.com. Seguiré aportando ideas para mejorar la calidad de vida de Arica, pronto lanzaremos una plataforma superciudadanos.com para mejorar las gestiones municipales de muchos países y subir la calidad de vida de sus ciudades. Por cierto, estará a disposición en forma gratuita para nuestra ciudad.

- Esta quizás será la última entrevista para referirme a este triste episodio de mi vida y espero que me recuerden como el alcalde que a pesar de todos los problemas que todos conocen, se la jugó y en poco tiempo construyó plazas y parques en muchos sectores, muchas obras en poco tiempo, como el alcalde de terreno que a las 7 de la mañana recorría la ciudad para revisar su funcionamiento y que siempre entregó mucho cariño a su gente. Tengan la plena seguridad que de no haber pasado por esta triste situación siendo inocente, hubiera terminado el Parque Acuático y tendríamos un borde costero hasta el río Lluta.

Al término de la entrevista se pone de pie y manifiesta "he tenido mucho tiempo para reflexionar, tengo tres hijos y tengo que luchar por ellos y no pienso pedirle pega a nadie en un cargo público, no quiero estar en política por un buen tiempo, quizás nunca vuelva, porque todo ha sido muy duro".

Waldo Sankán nos deja en la puerta de su casa y cuenta que ese día por primera vez lloró y abrazó muy fuerte su padre, el hombre que, según Sankán, nunca falló a un visita al penal. Aseguró que estando privado de libertad nunca botó una sola lágrima y que se mantuvo fuerte hasta el día de hoy. No puede salir y se despide, esperando qué ocurrirá el 2 de junio, el día de la lectura de la sentencia. J