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Las 24/7 que marcan la pauta en la vida de los fiscales

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Son las ocho con treinta minutos de la mañana y el celular institucional asignado al fiscal de turno recibe su primer llamado del día. Al otro lado de la línea, un funcionario de Carabineros informa que dos personas han sido detenidas por un delito de robo de especies de vehículos. Tras escuchar atentamente la información proporcionada por el policía, la fiscal Érika Romero imparte instrucciones: los sujetos deben quedar detenidos a la espera de ser formalizados por su responsabilidad en el delito según lo previsto en el código de procedimiento penal.

Sólo pasan cerca de 20 minutos y el celular vuelve a sonar. Esta vez se trata de un carabinero que da cuenta de la detención de un sujeto tras haber quebrado el vidrio de una casa. Tras dar instrucciones respecto a la situación judicial del detenido, la persecutora se apresura en tomar diversas carpetas y emprende el camino hacia el Juzgado de Garantía. Ahí imputará cargos criminales, pedirá medidas cautelares y argumentará ante los magistrados en varias investigaciones que tiene a su cargo, entre otras funciones.

Todo esto forma parte de lo que es un día de trabajo de un fiscal de turno. En la región de Arica y Parinacota son 10 los persecutores quienes al menos una vez cada quince días cumplen un servicio de turno ininterrumpido de 24 horas, periodo en el que incluso deben trasladarse varias veces a diferentes sitios del suceso para dirigir en terreno las investigaciones por determinados delitos y entrevistar a víctimas y testigos.

El resto de los días, los persecutores se dedican a las respectivas investigaciones asignadas a su especialidad, impartiendo instrucciones a las policías, reuniéndose con víctimas y enfrentando audiencias y juicios orales en los tribunales.

"Si bien el turno de 24 horas ya es de por sí pesado existe el denominado turno de fin de semana, que derechamente es casi infrahumano, ya que se está de servicio desde el viernes en la mañana hasta el lunes recibiendo durante ese periodo llamados de las policías a cualquier hora del día por la ocurrencia de diversos ilícitos", expresa la fiscal.

En terreno

Si bien el servicio de turno se da mayoritariamente a través de la comunicación telefónica y la entrega de instrucciones verbales a las policías, en muchas ocasiones los fiscales deben concurrir rápidamente a los sitios del suceso debido a la gravedad de los delitos. Así por ejemplo es común ver a fiscales en lugares donde se han registrado crímenes, accidentes fatales y asaltos violentos, entre otros hechos. Ya en el lugar y dependiendo de la complejidad del delito, los persecutores deciden con cuál policía trabajarán en las diligencias y pericias.

Hallazgo

La tarde se vuelve algo monótona para el turno operativo. Ha pasado cerca de una hora y media y la fiscal Romero no ha recibido ninguna llamada; sin embargo aprovecha esta paz momentánea para revisar las carpetas de sus otras investigaciones en curso y

analizar los resultados de varios informes policiales. De esta manera determinará qué pasos seguirá en cada indagatoria.

"Durante las tardes, además de contestar el teléfono del turno y dar instrucciones a las policías, aprovechamos de revisar las otras causas que tenemos a nuestro cargo y ver todos los aspectos administrativos. Asimismo nos reunimos en la Fiscalía con víctimas y testigos previamente citados, a quienes les informamos el estado de avance de las investigaciones y también los preparamos para enfrentar los juicios orales. En ese sentido, requerimos el apoyo de los profesionales de la unidad de atención de víctimas para ir preparando metodológicamente y mentalmente a las personas para enfrentar un juicio público. A ello se suma que también sostenemos reuniones de coordinación con funcionarios policiales para ir viendo los pasos a seguir en cada investigación", explica la persecutora.

Son cerca de las 18:30 horas, y tras recibir varias llamadas por delitos menores, un funcionario policial da cuenta a la fiscal del hallazgo de un cadáver a la altura del kilómetro 27 del valle de Azapa. Tras ello, la abogada aborda la camioneta institucional y conduce hasta el lugar del hallazgo para decretar diversas diligencias, entre ellas la identificación del occiso y la toma de declaraciones a los lugareños para ver si pueden aportar antecedentes respecto de qué pudo haber sucedido.

-Es complicado pero es parte del trabajo. Obviamente cuando se está de turno por un día o por todo el fin de semana no se puede planificar nada con la familia porque en cualquier momento podríamos tener que concurrir a un sitio del suceso en cualquier lugar de la región, así que lo más sano es quedarse en la casa y la oficina. Las obligaciones propias de una mamá, como ir a buscar a los niños al colegio u otra cosa deben ser cubiertas por el papá, pero afortunadamente mi familia entiende que es trabajo y me apoya. Lo complicado es en las noches por los varios llamados que se reciben pero ahí trato de ser lo más prudente y cuidadosa posible en los periodos en que imparto las instrucciones a las policías vía telefónica.

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-Por un factor de tiempo y distancia no podemos concurrir a todos los sitios del suceso por los delitos que se registran en un día, por ello decidimos a cuál ir de acuerdo a un criterio de gravedad y complejidad. Si se trata de un hecho violento como un crimen o un accidente fatal obviamente vamos al lugar porque debemos conocer en el mismo sitio cómo se desarrollaron los hechos. El estar en el sitio del suceso nos permite a los fiscales formarnos una idea, tener una visión más completa de cómo se produjo el hecho y eso indudablemente nos aporta a llevar una buena investigación y juicio oral.

Efectivamente me ha tocado ir a crímenes, suicidios y accidentes fatales donde incluso hay menores de edad. Tenemos que tener la empatía de poder hablar y comunicarnos con los familiares de las víctimas pese al dolor que están sintiendo, eso muchas veces afecta pero trato de dejarlo de lado cuando llego a mi casa. Trato de no tocar esos temas con mi familia.

Son cerca de las 22 horas y nos despedimos de la persecutora, quien antes nos señala que espera pasar una noche tranquila sin muchos llamados. A primera hora del día siguiente y sin importar cuántas veces tuvo que atender el turno durante la noche la abogada se trasladará a la Fiscalía para revisar y ordenar todos los partes policiales por los delitos registrados en su servicio.

A partir de ese momento se abocará a preparar los controles de detención y formalización de cargos en contra de todos los detenidos en el Juzgado de Garantía, pero esa ya es otra historia …

riesgos

La fiscal Erika Romero hace tres años está a cargo de las investigaciones de los delitos de tráfico de drogas, participa de los allanamientos y formaliza a las personas que resultan detenidas de estos operativos.

"Afuera de las audiencias varias veces me he topado con gente que me ha reclamado alguna condena. El año pasado al término de un juicio oral donde fue condenado el pariente de una señora que me encaró afuera del tribunal con garabatos.

Uno siempre corre riesgos, pero lo que más preocupa es que estas personas pierdan a lo mejor el control y finalmente uno termine sin posibilidad de defenderse o identificar a las personas agresoras".

En Arica como el resto del país, están solicitando una mayor dotación de personal; actualmente cada fiscal tiene más de dos mil causas, cifra que supera a nivel nacional. J