Caso OS7: "Me sentí tratado como traficante"
"Me acusaron de ser el jefe de una organización de tráfico de drogas y lo dije ante el Tribunal que de la única organización de la cual fui jefe, fue de la OS-7 de Arica", expresó el mayor en retiro Víctor Rodríguez Huerta, quien rompió el silencio y contó su experiencia de haber estado privado de libertad más de un año siendo inocente, ya que fue declarado absuelto por el Tribunal de Juicio Oral.
"Uno puede estar preparado para cualquier cosa siendo carabinero, que le den un disparo, salga lesionado o que lo maten, no para que lo detengan, porque uno no es un delincuente. Me sentí tratado como tal. Fue un proceso súper duro, de un día para otro, estar separado de su grupo familiar. Mi hijo ya no me veía llegar todos los días a la casa y me tenía que ir a ver a ciertas horas del día en otro lugar. Es muy fuerte", planteó.
Víctor Rodríguez, junto al capitán Leonardo Vilchez y el sargento Nelson Gavilán, fueron formalizados en calidad de autores de tráfico de drogas y asociación ilícita y más de un año se mantuvieron privados de libertad en la prefectura. Tenían una habitación para cada uno y en el día podían ir al casino a comer , cumpliendo los horarios establecidos y siempre con custodia policial.
Víctor Rodríguez señaló que siempre fue calificado en lista 1, no tenía sanciones y cumplía con todos los requisitos. "Soy egresado de la Academia de Ciencias Policiales, no tenía nada que me jugara en contra en la parte institucional. Me nombraron a esta unidad por los años de experiencia, llevaba 16 años en el ámbito de drogas, era como un reconocimiento, un orgullo de llegar a Arica, pero la forma que terminó, uno queda dolido", expresó.
- Estaba en mi oficina de la OS-7, cuando fui detenido alrededor de las 8.30 horas, llegó la fiscal regional y el prefecto de Investigaciones y me notifican que tenía una orden de detención en mi contra por la Ley de Drogas. No entendía, en realidad, lo que estaba pasando. De un minuto a otro de combatir el tráfico de drogas era detenido por la misma Ley de Drogas.
- Cuándo nos formalizaron ese día 25 de noviembre no entendíamos. Con el capitán nos mirábamos y nos decíamos: todo esto estaba autorizado por la Fiscalía.
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- Uno detiene a personas recepcionando 200 ó 300 kilos de drogas. No son unas blancas palomas, entonces que fueran liberados y después declararan en contra nuestra es fuerte y el mismo Ministerio Público les paga pasajes aéreos para que vuelvan a Bolivia. Estamos hablando de traficantes bolivianos, colombianos y uno chileno. No es un tema que lo diga yo, la misma sentencia dice que los verdaderos traficantes son las personas que la Fiscalía solicitó su libertad.
- Creo que sí, las imputaciones que nos hicieron fueron súper fuertes. En lo personal, la Fiscalía me estaba solicitando una condena superior a los 40 años. Ni siquiera una persona que mata a otra tiene esa condena, personalmente me sentí tratado como un traficante.
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- Sí, es algo que no se me va a olvidar nunca, de partida fue una situación compleja en lo personal, súper duro, principalmente haber estado privado de libertad. Esto fue un asesinato de imagen pública.
- Los hijos se siente orgulloso de lo que es uno y de un día para otro le cambian la película, le dicen que su papá no es policía, sino que traficaba, ¿cómo le explica eso a un niño?
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- A raíz de todo este problema la institución en primera instancia toma algunas medidas administrativas y a uno lo separa del servicio y eso para mí significó perder mi trabajo de 23 años de carabinero. Gracias a Dios esto se aclaró y se estableció nuestra total inocencia. Podemos tener la oportunidad de solicitar la reincorporación nuevamente y en eso estamos, en un trámite administrativo para volver a ser carabineros.
- Eso va a depender de la institución. En lo personal no me gustaría quedarme acá.
- No ser tan confiado. La persona que debió haber asumido que sí autorizó, no lo hizo en ese minuto y nos perjudicó enormemente. J