Ahora sí que sí, en Talcahuano
Luego de la horrorosa derrota ante Iquique, San Marcos de Arica buscará hoy un resultado que deje atrás las críticas y el 4 a 1 registrado la semana pasada, en Tarapacá.
Ojalá ahora resulte.
Luego de la horrorosa derrota ante Iquique, San Marcos de Arica buscará hoy un resultado que deje atrás las críticas y el 4 a 1 registrado la semana pasada, en Tarapacá.
Ojalá ahora resulte.
En su reciente cuenta pública, la directora del Servicio de Salud de Arica (SSA) Verónica Silva, declaró enfática que "todos los especialistas que hemos financiado deben devolver su becas en la Región". Este hecho es especialmente pertinente, luego de que tres de los profesionales manifestaran que eventualmente no volverían a la zona.
Lamentablemente, se trata de un fenómeno que se repite en las regiones donde ha sido especialmente difícil atraer a médicos especialistas. Y el hecho de que exista un plan de perfeccionamiento pensado para reforzar la salud en estas zonas, necesariamente requiere que el Estado sea inflexible en el cumplimiento de las condiciones en que se ofrece esta oportunidad.
Para nadie es un misterio que muchos viajan a ciudades como Tacna, Antofagasta o Santiago para atenderse con especialistas que sencillamente es casi imposible encontrar en nuestra ciudad o que en otros casos, ni siquiera a nivel particular pueden garantizar una atención en plazos razonables, considerando la alta demanda de sus servicios. Como primer aspecto, hay que saber reconocer a los médicos y especialistas que han decidido hace gala de su vocación y han aceptado quedarse en nuestra región para atender a ciudadanos que también se enferman y necesitan atención. Son estos profesionales los que hoy logran paliar las carencias básicas que percibe y conoce la población local y que además, cumplen con su juramento profesional.
Sin embargo, esto no debe quitar de la discusión que existe un déficit de médicos, respecto a lo cual incluso, el sector público se encuentra trabajando. Y así como el Gobierno está poniendo énfasis en el cumplimiento de los profesionales que puedan resultar becados, también debe establecer las condiciones óptimas para que estos profesionales de la salud puedan desarrollarse de manera adecuada.
Así, se evitará que muchos que quieran legítimamente desarrollarse profesionalmente, tengan que dejar la ciudad que hoy los puede esperar y acoger.
Existe un amplio consenso respecto al impacto negativo de la corrupción sobre el desempeño de las democracias. Los últimos acontecimientos ocurridos en Chile son la clara muestra de algo que aún no se ha dicho: Los políticos han sido DESLEALES CON EL SISTEMA DEMOCRATICO. Han mordido la mano del sistema que le da de comer y con ello se ha develado algo que muchos sospechaban, pero pocos sabían (al menos, no en la magnitud que estamos enterándonos). Debemos, a mi juicio, revisar nuevamente nuestro "pacto social" (esa entelequia creada en el siglo XVIII, para justificar el cambio de poder de manos de los reyes a una burguesía anónima llamada Estado).
La burguesía chilena (o su remedo) en la actualidad, ya ni siquiera se esfuerza en pensar, como otrora, en la sociedad. Hasta los centros de estudios públicos, de uno y otro lado, comparten el mismo espectáculo. Lo tragicómico es que para colmo, una vez elegidos, pasan a desempeñar un rol que tradicionalmente tiene una jerarquía y un boato que se le supone a la dignidad del cargo, pero que el individuo que lo ostenta dista mucho de merecerla. Nos olvidamos que es el hombre quien con sus actos le da dignidad al cargo y no al revés. Algunas voces de jóvenes decentes plantearon bajarse los sueldos, pero fueron acalladas por el resto del grupo.
Estamos, así, en el peor de los escenarios; los parlamentarios fijan y resguardan sus grandes salarios, dinero público que alimenta sus propios negocios particulares y, por otro, aprovechan a los grupos económicos que "invierten" en política, para hacerse representar subrepticiamente. Los parlamentarios, con este financiamiento, aseguran su permanencia en el cargo para ejercer su "vocación de servicio público", que tanto pregonan.
¿Qué democracia es ésa?
No nos hemos dado cuenta que hace tiempo se ha roto el vínculo de fidelidad de gobernantes y gobernados, socavando el fundamento mismo de la democracia.
Los detractores de la Asamblea Constituyente argumentan -entre otras razones- que sólo se puede recurrir a ella cuando existe crisis institucional. Ahora, creo, se ha develado el real tamaño de la crisis, donde todos hacen trampa en el sistema político.
El mal olor que emana desde el alcantarillado de calle Azolas con calle San José se siente a metros, tanto así que permanecer 15 minutos en el lugar trae como consecuencia un dolor de cabeza.