En enero pasado, en nuestro país entró en vigencia la Ley que regulará la profesión de trabajadoras de hogar, que entre sus puntos más destacados tiene la existencia de un contrato, descansos semanales y sueldos mínimos.

En nuestra región, pese a que hubo evidentes mejoras para el oficio, existen otros vacíos que mantienen preocupado al gremio de trabajadoras de casas particulares, siendo el más importante de ellos el gran universo flotante de personas que ejercen esta labor.

La presidenta de la agrupación de trabajadoras de casas particulares de Arica, Luisa Baez, explicó que al estar en una zona fronteriza, hay un gran número de mujeres extranjeras que trabajan un cierto tiempo antes de emigrar de la ciudad, lo que hace difícil el tener un catastro del número de personas que ejercen en este rubro y, lo más importante, que exista un contrato de por medio.

"Hemos trabajado con migrantes ecuatorianas, colombianas y distintas ciudades del Perú. Llegan a trabajar con la idea de seguir su rumbo hacia el sur, están un tiempo aquí para reunir un dinero, sacar su documentación y luego se marchan".

Desde enero, quienes deseen contar con dicho servicio, tienen 15 días para probar la labor de las empleadas, tras lo cual deben realizarse los contratos detallando las funciones a realizar, los horarios y el sueldo a ganar. En el caso de Arica, tras dicho periodo, muchas trabajadoras deciden marchar.

PUERTAS ADENTRO

Otro de los aspectos que llama la atención es la falta de especificaciones en el caso de las trabajadoras "puertas adentro". Luisa detalla que si bien la Ley estipula que fiscalizadores podrán visitar los hogares para chequear el trabajo realizado y horas de descanso, la situación no se podrá velar durante las noches.

"La ley habla de jornada parcial o completa, pero no se toca el tema de las trabajadoras puertas adentro. No se sabrá de las mujeres si estarán descansando a las 10 de la noche o seguirán laborando. Eso dependerá al final de la empleadora", detalló.