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Alertas y rumores

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Los rumores respecto a supuestos secuestros de escolares en las cercanías de sus colegios, comenzaron a hacerse intensos a partir de la semana pasada. Las redes sociales, tan útiles como perversas, se encargaron de esparcir el mito respecto a lo que presuntamente se había registrado en la ciudad, alertando así a padres y apoderados quienes se hicieron eco de estas publicaciones.

La PDI confirmó que existe inquietud en algunos colegios ante las denuncias a través del ciberespacio, pero que en lo concreto no existen denuncias ni tampoco se pesquisan casos. En otras palabras, por ahora la inquietud se basa principalmente en el efecto de los rumores y comentarios a través de las redes sociales.

El fenómeno muestra, en un sentido, el efecto negativo que puede tener la falta de rigurosidad y filtros que se advierte en las redes sociales, lo que contribuye así a generar rumores y en el fondo, desinformación. Incluso, aparecieron en las denuncias a través de internet, imágenes de los supuestos autores que terminaron siendo en realidad datos falsos y virales que hace años dan vueltas por Sudamérica en la red.

Pero en medio de este análisis de lo negativo que pueden resultar rumores y alertas sin fundamentos, bien vale destacar la coordinación y los esfuerzos que realiza en general la comunidad educativa por proteger a los alumnos y alumnas. Desde los colegios, directivos, profesores, padres y apoderados, junto con las autoridades, nació la voluntad de aclarar y especialmente, prevenir ante cualquier peligro que amenace a los niños y niñas en el marco de sus actividades escolares.

Y es que más allá de estos casos, de rumores y mitos urbanos que aparecen cada cierto tiempo, siempre es importante mantener la atención sobre la seguridad de los escolares y no descuidar la atención y los planes de seguridad que deben aplicarse en torno a ellos.

De esta manera la sociedad estará preparada ante eventuales amenazas que pueden ser anticipadas, mediante una información adecuada.

RACISMO Y NACIONALIDAD

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La migración hacia Chile desde el cordón Andino y, en número creciente, desde países del Caribe se ha convertido en un desafío para el país.

Si bien la migración no es un tema nuevo, existe una percepción distinta dependiendo de la nacionalidad de quienes llegan. Y aquella frase de "ya verás como quieren en Chile al amigo cuando es forastero" sí aplica, pero para algunos.

La construcción de este estereotipo, asociado a las características físicas de ciertos colectivos de migrantes, generan discriminación y racismo.

Existe un imaginario racista que, en ocasiones, se cruza con temas de género; y en el escenario actual, donde la migración en Chile está feminizada, son las mujeres quienes más se ven más afectadas.

Es importante conmemorar fechas como el "Día Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial" para reconocer que, como país, tenemos la deuda de enfrentar el racismo, y que son justamente los migrantes quienes nos han venido a mostrar que debemos abrir los ojos.

Los chilenos tenemos la idea de que no somos racistas porque hablamos de Chile como un país homogéneo pero, en realidad, somos una sociedad heterogénea; y ese racismo hacia los migrantes es un reflejo de que el éste es un tema país.

Cada 21 de marzo se conmemora, a nivel mundial, el Día Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial.

El tema que la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha propuesto este año es "Aprender de las tragedias históricas para combatir la discriminación racial del presente".

De ahí que la sociedad debe trabajar de manera conjunta para ser más hospitalario con los migrantes, y aprender de las lecciones del pasado, como el apartheid, para luchar contra el racismo y la discriminación en la actualidad.