En el marco de la celebración del Día Mundial del Agua, realizada este fin de semana, el Gobierno a través del ministro de Obras Públicas anunció el inicio de un trabajo conducente a establecer una política nacional respecto a la desalinización, como una de las alternativas concretas más importantes para paliar el déficit hídrico presente o previsible en nuestro país.

Según consigna el diario El Mercurio en su edición de ayer lunes, el titular del MOP Alberto Undurraga reconoció que las desaladoras son necesarias, como lo está constatando en estos momentos la comunidad de Atacama y en particular la de la cuenca de Copiapó, y agregó que estos proyectos también son necesarios "en otras cuencas del país y en eso estamos trabajando y ya se comunicará".

Lejos de estar enfrentando una circunstancia, Undurraga explicó que el fenómeno de la sequía llegó para quedarse y ante este hecho, se deben tomar medidas. "Debemos ser capaces como país de tener agua", declaró el ministro. y efectivamente es así.

Entre la sequía, mala administración y la falta de criterio y regulación en la entrega de derechos de agua, como ocurrió en el caso de la cuenca de Copiapó, los valles de Chile se están secando, en un fenómeno que desde el norte grande ahora se extiende hacia la zona sur.

Todo muestra que es el Estado el que debe tomar un mayor protagonismo a la hora de resolver el problema hídrico que hoy enfrenta al país y que tiene múltiples aristas y alcances. La construcción de desaladoras en lugares paradigmáticos como Antofagasta y ahora Copiapó, es una muestra de la necesidad que existe de atender las diversas aristas que tiene el desafío del suministro, considerando la industria, la agricultura y el consumo humano.

Pero es en este último punto donde más se requiere del protagonismo del Estado. Hasta ahora, una planta desaladora significa alzas en las cuentas de agua y por lo pronto, parte de los costos deben ser asumidos por la comunidad. Una realidad que se espera, pueda ser analizada bajo esta nueva política anunciada por el ministro.

Hace 20 años el Consejo Nacional para la Superación de la Pobreza creó Servicio País para contribuir a derrotar ese flagelo otorgando a la juventud un espacio de participación a través de trabajos voluntarios en comunidades que viven en contexto de aislamiento, abandono y vulnerabilidad.

El año 2002 nació Fundación Altiplano con la misión de promover el desarrollo sostenible en poblados andinos fortaleciendo la cultura tradicional con proyectos insertos en talleres de historia del arte andino, de adobe para restauraciones patrimoniales, de investigación y desarrollo sostenible y un taller de difusión Arica Nativa. Su principal obra ha sido la recuperación de iglesias consideradas como el conjunto hereditario más valioso de América.

Ambos organismos, pioneros en estas acciones, cumplen con muchas dificultades estos roles sociales los que también tienen una especial connotación turística para la región de Arica y Parinacota considerando el estado de abandono de pequeños asentamientos ancestrales diseminados en este vasto territorio con una rica e imperecedera sabiduría cultural inexplotada. Visitantes de todas partes del globo terráqueo han sido testigos de la majestuosidad de su geografía con incomparable belleza escénica, montañas y volcanes sobre los 6 mil metros de altitud, un lago no navegable más alto del mundo, flora y fauna única del orbe y, sin embargo, carentes de centros de servicios en alojamiento y gastronómicos.

Esas pequeñas comunidades tienen en sus manos la posibilidad de emerger como emprendedores turísticos si paralelamente se implementara una política gubernamental sostenida en el tiempo para consolidar una infraestructura adecuada en conectividad y de apoyo a esas organizaciones como una manera de fortalecerlos y evitar poner en riesgo la supervivencia de pequeñas localidades nativas en peligro de desaparecer por el crecimiento descontrolado de las urbes.

Se requiere de una decisión política para superar esta extrema pobreza turística.